30 enero 2010

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 30 de enero de 2010


Continuando con nuestros "Álbumes del Recuerdo" en el diario El Llanquihue, presentamos a continuación el que hemos confeccionado para el sábado 30 de enero del 2010. Esta página es elaborada por el CEPH todos los días sábados, y es publicada en la página A2 en el formato impreso en papel del diario El Llanquihue. La información y fotografías pertenecen a nuestro Archivo y a material que es facilitado por la propia comunidad, como así mismo de la recopilación y análisis de bibliografía en diversas fuentes y a nuestras propias investigaciones.

AMPLIAR

Si desea ver esta misma página en el sitio web del diario El Llanquihue, click aquí

FAMILIA WERNER WINKLER

El 10 de Noviembre de 1852 arribó al puerto de Corral el velero “Susanne” con 105 inmigrantes alemanes. Debido a las dificultades encontradas para instalarlos en la zona de Valdivia, el agente de colonización don Vicente Pérez Rosales resuelve destinarlos a la Colonia de Llanquihue, por lo que tuvieron que navegar hasta Ancud y luego ser trasladados en lanchones hasta Melipulli, llegando el 28 de noviembre. Algunas semanas más tarde, el 12 de febrero de 1853, Vicente Pérez Rosales fundó la ciudad de Puerto Montt, en honor al Presidente de la República de entonces don Manuel Montt. Entre los colonos que participaron en dicha fundación, estuvo presente Gottlieb Werner Wendler, carpintero alemán oriundo de la localidad de Ruppersdorf, Sachen. Llegó junto a su esposa Johanna Döring y su hija Johanna Su segundo hijo Ernst Heinrich fue el primer retoño de inmigrantes alemanes nacido en Puerto Montt, en enero de 1853. Otros 9 hijos se agregarán posteriormente, dando origen a una numerosa e importante familia de nuestra zona, que inicialmente se asentó en el sector denominado Desagüe (hoy la ciudad de Llanquihue). En la fotografía se observa a uno de sus nietos, Johann Gottlieb Werner Gebauer junto a su esposa Alwine Winkler Raddatz y sus hijos Herbert y Oswald, captados en 1909 por el lente del fotógrafo osornino August Christ.

GRAN INCENDIO DE CALBUCO

El domingo 31 de enero de 1943, a las 15.30 horas, Calbuco fue azotado por un gigantesco incendio que redujo a cenizas gran parte de la ciudad. De acuerdo al Parte Oficial del Cuerpo de Bomberos, comandado en esa época por Carlos Mechsner, el siniestro se inició en el inmueble propiedad de Custodio Mansilla, ubicado en calle Antonio Varas s/n entre Ernesto Riquelme y Federico Errázuriz. Ese día muchas familias se encontraban fuera de sus casas, disfrutando de un caluroso domingo, y otras habían viajado en sus lanchas a la fiesta de la Candelaria en Carelmapu el 2 de febrero. El fuego se propagó rápida y violentamente por varias manzanas, debido a varios factores: el fuerte viento sur en un comienzo y su cambió de dirección posteriormente; la escasez de agua en los pozos de emergencia tras un caluroso verano; sequedad de las tejuelas de las casas; falta de implementación en bomberos para este tipo de incendios y la voracidad de las llamas que impidió un trabajo efectivo del personal. El balance final de esta catástrofe dio como resultado la destrucción total de 118 casas y millonarias pérdidas en inmuebles, menaje y mercaderías. La imagen captada ese día, muestra una vista general de Calbuco mientras ardía por varios frentes.

FRUTILLAR

Fue fundado el 23 de noviembre de 1856 por inmigrantes alemanes que se asentaron en la ribera oeste del lago Llanquihue durante el proceso de colonización germana en el gobierno del Presidente Manuel Montt. Los colonos en un comienzo construyeron sus casas en los cerros de los alrededores, debido a lo pantanoso del terreno cercano al lago. Se dedicaron por entero a las labores agrícolas y a la agroindustria, con el funcionamiento de lecherías, molinos, destilerías, curtiembres y algunos almacenes dedicados a la venta de víveres e implementos, incorporando al naciente villorrio sus costumbres y tradiciones típicas que traían desde sus tierras natales. Dado que el pueblo era paso obligado entre Puerto Montt y Osorno tuvo un rápido desarrollo a través del comercio y el establecimiento de pequeñas industrias. En lo cultural, la ciudad se encuentra realizando por estos días la 42 versión de las Semanas Musicales de Frutillar (27 de enero al 5 de febrero), que desde 1968 permite que la música clásica esté presente todos los años, con la presentación de afamadas orquestas e intérpretes nacionales e internacionales. La imagen, captada por Ernst Karl a mediados de la década de 1930, muestra una vista general de Frutillar Bajo.

INFORMACIONES COMPLEMENTARIAS

Grande incendio de Calbuco
Por Pablo Katz
(Artículo extraído de http://www.amigafm.cl/pagina_nueva_4.htm)
Juan van Bergenhenowen msf fue un sacerdote católico holandés, testigo atento de los tristes sucesos acaecidos en la Isla de Calbuco el 31 de enero de 1943.Ese día se produjo el mas grande incendio registrado del sur de Chile, y el cura impresionado escribió un libro testimonial, del que se conservó un manuscrito de su puño y letra, al que tituló justificadamente: “Grande incendio de Calbuco”. Al leer sus páginas, se viaja al pasado.
Aquel domingo 31, muchos calbucanos habían salido a pasear, los unos se habían embarcado en sus lanchas veleras para estar en la fiesta de la Candelaria en Carelmapu el día 2 de febrero, otros al campo a comer curanto. Sol, comida y bebida abundante , cuando de pronto, cerca de la hora “de onces”, escucharon la alarmante campana de incendio, viendo correr a los bomberos desde su Cuartel General ubicado en calle José Miguel Carrera hasta Antonio Varas donde se incendiaban las primeras casas. Era el comienzo de una catástrofe. Los que vieron el humo de las islas del frente dejaron la jarana para volver a cuidar sus hogares, pero rápidamente el fuego se extendió a negocios, oficinas públicas, hoteles y todo lo que conformaba el casco antiguo de la pujante ciudad; que era un puerto de calles estrechas, además de centro productor de conservas de mariscos para el país y el extranjero.
El viento sur al comienzo, unida a la sequedad de la tejuela y la falta de agua en los pozos de emergencia tras un caluroso verano, convirtió en una gran hoguera al pueblo entero. El fuego rápidamente se extendió sin dar cuartel, las casas ardían en forma espontánea e instantáneamente el fuego las consumía; al explotar violentamente lanzaban al aire tejuelas y maderas ardientes que propiciaban el fuego en otro sector. Las lenguas infernales alcanzaban alturas increíbles. La gente corría y trataba de poner a resguardo sus objetos de valor, pero no habiendo ya lugar seguro en el pueblo los dejaban en la playa, desde donde observaban con serena resignación el fin de sus inmuebles. A las 19:30, con cruel ironía, se incendiaba el Cuartel General de Bomberos frente a la mismísima Iglesia, desde donde se evacuaban sus imágenes, bancas y utilería. Al otro lado de la misma calle, las llamas avanzaban inexorables, hasta que se detuvieron gracias al agua de un pozo trasero. La última embestida del dios Hefesto vino por el norte, quemando toda la avenida Vicuña Mackena cerca de la playa, para luego subir la ladera que esta bajo la actual plaza Balmaceda, incendiando edificios en su frente sur.
Se luchó con denuedo por salvar la parroquia, por tercera vez amenazada. Eran las 21 horas y los heroicos bomberos calbucanos exhaustos y olvidando sus propias casas lograron detener el fuego muy cerca de su Iglesia, ello a través de desarmar completamente una construcción por un lado y mantener con agua la escuela aledaña por otro. En ese momento, habrían llegado bomberos de Puerto Montt a bordo del glorioso Escampavía Yelcho, ayudando a salvar estos edificios principales, claves en la moral y la reconstrucción del pueblo destruido. Las 12 manzanas principales habían sido arrasadas y solo el distante barrio La Vega se había salvado.
El Padre Juan salió a entregar consuelo a sus damnificados, bajo la noche fulgurante que los cubría con un manto de frió y desolación; fue un triste momento donde continuaron ardiendo aparte de lo material, los anhelos, recuerdos y esperanzas de todo un pueblo. Gracias a sus escritos, hoy podemos recordar lo sucedido.

Parte Oficial de la Comandancia del Cuerpo de Bomberos de Calbuco

Extractado del libro "CUERPO DE BOMBEROS DE CALBUCO HISTORIA CENTENARIA 1902-2002"
(Artículo extraído de http://cuadernoscaicaen.blogspot.com/2006/08/el-gran-incendio-de-calbuco-en-1943.html)

LIBRO DE PARTES DE ALARMA COMANDANCIA
ACTA DE INCENDIO

En Calbuco, domingo 31 de enero de 1943 a las 15;30 hrs., se declaro un incendio en la propiedad del señor A. Custodio Mancilla, ubicada en la calle Antonio Varas s/n entre Ernesto Riquelme y Federico Errázuriz; el edificio estaba ocupado por el señor. Hugo Herrera E., capitán de Puerto, quien además de la oficina que desempeña, mantenía allí sus habitaciones particulares. El Sr. Herrera no se encontraba en ese momento en a Ciudad.

El Comandante infrascrito no se encontraba a la hora del día indicado en la ciudad, sino que a una larga distancia del pueblo, y de donde no era posible distinguir demostraciones del siniestro por lo que, sólo hasta la hora de su llegada, más o menos a las 18:00 horas, pudo darse de la magnitud de la catástrofe. Por esta circunstancia los datos anotados en el presente parte, corresponden a los datos proporcionados por personas que en el momento de producirse el incendio, estaban en la ciudad y que fueran los primeros en acudir, al darse la alarma.

Según ellos, el fuego comenzó en la casa anotada más arriba, el cual se propagó rápidamente debido a que en la oficina de la Capitanía existían algunos tambores de parafina, que se utilizaba para el servicio del faro que existe en el muelle de pasajeros.

Debido a las circunstancias anotadas, y por ser día de Domingo en que gran parte de la población se encontraba fuera aprovechando el caluroso día. El fuego tomó proporciones imprevistas, razón que impidió que las bombas pudieran actuar de inmediato; fue necesario esperar hasta reunir algunas personas que pudieran arrastrar el material hasta las cercanías del sitios amagado.

Contribuyó a la propagación del fuego el fuerte viento del Sur, el que poco más tarde cambió de sentido, soplando brisa de oeste, lo que vino a complicar más la situación, pues el fuego también cambió de dirección y ataco edificios que no corrían peligro; fue necesario entonces, para dominar el fuego, distribuir el escaso material en varios sectores. Cuando esfuerzos se hicieron para detener el desastre, no dieron el resultado previsto, pues a una escasa hora de haber comenzado el fuego, ya abarcaba varias manzanas por distintas direcciones; pues ardían edificios de las calles Antonio Varas, Ernesto Riquelme, F. Errázuriz. En esta última se encontraban edificios de dos pisos, los que contribuyeron a incendiar a su vez, debido a su altura, a edificios bastante distantes del foco mismo del fuego; tanto es así que una casa ubicada en calle Errázuriz esquina de Varas predio a otro de calle Esmeralda, esquina de Varas. En esta forma se propagó a otros barrios.

Debido a estas circunstancias excepcionales, las bombas no pudieron actuar normalmente, pues por una parte, hubo necesidad de retirar el material amagado por el fuego, por otra parte el agua pronto comenzó a escasear; y finalmente, los voluntarios, y personas ajenas a la institución debieron abandonar sus labores en las bombas para salvar sus muebles y enseres, ya que en sus casas se encontraban el peligro de incendiarse.

Más o menos a las 17:30 horas, el fuego abarcaba ya seis manzanas, haciéndose imposible toda labor, pues parte del material tubo que ser abandonado ante el peligro que corrían las personas que lo atendían. Tampoco fue posible llevar las bombas hacia las calles de salida, se encontraban en llamas. No fue posible en un principio proceder al derribo de algunos edificios, por la falta absoluta de elemento apropiados, pues la única Cía., de salvataje se encontraba en un sector donde no era posible sacarla, por otra parte, el poco material disponible estaba en trabajo, y no habría sido prudente trasladarlo a otros sectores.

En esta emergencia, el fuego seguía consumiendo edificios. Cada vez con mayor rapidez, producidos por los cambios de viento, por lo ligero del material edificado y por la carencia de agua. Así a las 18: 30 horas el fuego ya habría hecho su obra; además de las calles ya nombrada, en la de Esmeralda, Angamos, Serrano, Condell, Aureliano, Sánchez, Miramar, Plaza Ramírez y parte de la Avda .Douglas (hasta la altura de la Empresa Eléctrica y la que fue salvada debido al derribo de cercos y pequeños casuchos). En la de Vicuña Mackenna, cuando ya el peligro parecía alejado, pues ni remotamente se creía existiera, comenzó a arder el tejado de la casa de propiedad de la firma Guillermo Schmeisser e hijos, la que por ser de material ligero, no pudo ser salvada. En este sector el fuego terminó en la última de dicha avenida.

En la calle Eulogio Goycolea, pudo cortarse el fuego a más o menos 100 metros de Ernesto Riquelme, para ello fue necesario que la Cía. de salvataje derribara una pequeña casa, contribuyó a este buen resultado la existencia de una pequeña muralla corta fuego. Dominado el peligro en esta parte ya fue posible trasladar algún material, con grandes esfuerzos a la Plaza Balmaceda esquina de E. Riquelme, pues la casa ocupada por la Gobernación ubicada en este sector ya se encontraba en llamas; allí pudo derribarse una bodega, evitándose así el que el fuego continuara por la calle de Galvarino Riveros. En el mismo sector de la plaza en calle E. Riquelme con J. M. Carrera el fuego amenazaba la escuela N° 1, la que pudo ser salvada tras grandes y tenaces esfuerzos, pues la bomba que se encontraba en el patio de ese establecimiento, no pudo actuar, debido a que el chorizo no alcanzaba a tomar agua, pues el pozo es de gran profundidad, fue necesario derribar una pared y pudo cortarse el fuego usando baldes y tarros para arrojar el agua.

Así pudo en esa parte conjurarse el peligro y evitar que el fuego pusiera en peligro la Iglesia Parroquial y lo edificado en la calle J.M. Carrera.

Cuando el fuego consumía la última casa de la Avenida. V. Mackenna, donde se encontraba la oficina sanitaria, recibimos el auxilio del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, cuyos voluntarios tras grandes dificultades pudieron desembarcar sus bombas y desplegar parte del material; pero debido a los pocos elementos de desembarco, dicha tarea demoró algo de tiempo por lo que la labor de estos se limitó a apagar escombros en la parte alta, pues aún había grandes llamaradas, esta labor se efectuó afrontando serios peligros, pues el material fue trasladado por el cerro donde no existía subida alguna y las bombas debieron trabajar desde la playa.

El fuego quedó dominado más o menos a las 20:00 horas.

El trágico balance de esta catástrofe dio como resultado la desaparición de 118 casas, con siguiente detalle; 54 casas de un piso 23 de un piso con mirador, 38 de dos pisos, 2 de tres entre estas se encontraba una casa de material sólido, cuyo interior se quemó totalmente.

Las pérdidas según declaración de los afectados y por conocimiento propio ascienden a las siguientes cifras; inmuebles $5.159.000-, menaje y mercaderías, $ 3.668.000.- por todo esto existan seguros comprometidos que alcanzaban a $ 1.581.000.- de las 118 propiedades destruidas, solo 34 tenían seguro.

En este siniestro el Cuerpo de Bomberos tubo que lamentar la perdida total de su edificio y parte del material que fue imposible sacar, como también el archivo de Directorio y Comandancia, de la que solo se libero el presente libro de partes, pues no se encontraba en el cuartel.

Para mayor claridad se adjunta en hojas por separado a la presente acta, un croquis del pueblo con todas las anotaciones más importantes, como también el detalle completo de las propiedades incendiadas.

CARLOS MECHSNER S.
COMANDANTE
1943




No hay comentarios.: