24 enero 2010

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 23 de enero de 2010

Como todas las semanas, publicamos en este primer mes del año 2010, un nuevo "Álbum del Recuerdo", página que el CEPH edita para el diario El Llanquihue, con imágenes e información de nuestro Archivo y con aportes facilitados por la comunidad. Esta sección se publica todos los días sábados en la página A2 del diario en su formato impreso en papel. En esta oportunidad la edición corresponde al sábado 23 de enero de 2010.



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MATRIMONIO FRANZ - NIEPEL

A fines de 1852 arribó al puerto de Corral el velero “Victoria” procedente de Hamburgo, trayendo consigo un centenar de inmigrantes germanos. Entre estas familias de colonos sobresale la conformada por Johannes Siebert, Therese Hohmann y sus cuatro hijos. Originarios de Oberzwehren, Hessen, se establecieron en el sector de Playa Maitén, dando origen a una abundante descendencia. Una de sus nietas, Alwine Niepel Siebert se casó en 1924 con el ciudadano austriaco Rudolf Franz Till, fijando su residencia en la ciudad de Puerto Varas. Abren un concurrido restaurant en calle del Salvador esquina San Francisco. En 1927 nace su único hijo, Karl Heinz Franz Niepel. En 1933 asume como canciller de Alemania Adolf Hitler, y el matrimonio Franz – Niepel, se incorpora con entusiasmo a las actividades que el NSDAP (Partido Nazi) desarrolla en la ciudad de las rosas. Sus públicas simpatías por el régimen hitleriano les provocó graves dificultades financieras durante la Segunda Guerra Mundial, pues el gobierno norteamericano incluyó al restaurant de este matrimonio en las denominadas “listas negras”, lo que implicaba el bloqueo de sus cuentas bancarias y la imposibilidad de acceso a créditos. Alwine Niepel Siebert falleció en Puerto Varas el 12 de enero de 1967, y algunos años más tarde, el 15 de febrero de 1970 lo hizo don Rudolf Franz Till.

CARROS DE SANGRE: INAUGURACIÓN

El 10 de enero de 1921, se vivió en Puerto Montt una especial inauguración, inédita en gran parte del país: la incorporación de tranvías tirados por caballos, los llamados "carros de sangre", la primera movilización colectiva de la ciudad. Una vez terminada la enrieladura de las calles por donde transitarían, la Empresa de Carros Urbanos, dirigida por Juan de Dios Donoso, puso en marcha el servicio con carros que circulaban desde calle Copiapó con Antonio Varas hasta Angelmó, quedando prácticamente unida toda la ciudad. El recorrido partía cada 20 minutos de oriente a poniente, y viceversa. La tarifa era de 20 centavos en primera clase, y 10 centavos en segunda clase. La capacidad de cada carro era de 10 pasajeros sentados y 5 de pie. El servicio duró solo algunos años, por lo riguroso del clima. Las constantes lluvias, derrumbes y torrentes convertían las calles en lodazales o las cortaban, cubriendo o destruyendo las líneas; las altas mareas al llegar a Angelmó, cubrían también las líneas, por no existir un malecón contra las olas. En todo caso, la experiencia de estos tranvías, dejó en los puertomontinos de la época un nostálgico recuerdo de uno de los aspectos más originales que se han vivido localmente. En la imagen, captada en 1928 (autor desconocido) se aprecia un “carro de sangre” en la esquina de Miraflores con avenida Angelmó, antes que se construyera el Puerto.

CARROS DE SANGRE: RECORRIDO Y REGLAMENTACIÓN

En la fotografía, captada en 1925 (autor desconocido), se observan los rieles por donde circulaban los “carros de sangre” en calle Antonio Varas. El recorrido de estos tranvías, comenzaba en calle Copiapó, y tenía los siguientes paraderos: Club Alemán, Plaza de Armas, esquina Guillermo Gallardo, esquina Pedro Montt, Botica Grassau (entre Cauquenes y Chillán), esquina Talcahuano, casa de Ema Outridge, casa de Adolfo Oelckers, esquina Valdivia, y final de Cayenel, antes de doblar en 21 de mayo para dirigirse a Angelmó. Parte de la reglamentación del servicio decía: “es prohibido fumar en el departamento de primera; en el de segunda se permite, salvo cuando el tranvía llevare luz encendida para evitar accidentes; es prohibido subir las ventanillas cuando estuviere lloviendo y hubiere mucho viento; los pasajeros tendrán derecho a llevar maletines o bultos de mano que quepan cómodamente debajo de los asientos; se prohíbe al cobrador y conductor admitir pasajeros en estado de ebriedad; se ruega al público dar cuenta a la administración si notare desatención, malos modales u oyeren proferir palabras indecorosas a los empleados de la empresa; los bomberos en actos de servicio, los policías de seguridad y un cronista de cada diario tendrán pasaje libre, como también el inspector de calles”.

1 comentario:

José Abad dijo...

Entiendo que no se animaran por el tranvía eléctrico considerando el complicado clima de Puerto Montt.

Buenas fotos antiguas del puerto. Gracias.

José Abad
http://accidentetranvia.blogspot.com/