Publicamos a continuación la página del "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", que el CEPH editó esta semana con fotos de su Archivo para la edición del día Sábado 31 de Mayo del 2008 en el diario El Llanquihue.
Ya que este día es el último del mes de Mayo, Mes del Mar, publicamos dos fotografías relativas a este tema, y una fotografía de tipo social, la cual se muestra ampliada más abajo para apreciar de mejor manera a los alumnos integrantes del Kindergarten del Instituto Alemán de 1942.
El Cabotaje Regional
Fuente: http://www.ligamar.cl/
La actividad naviera mercantil nace en Chile junto con su vida independiente y republicana. La libertad mercantil fue reconocida en febrero de 1811 y en marzo de 1813 el Senado aprobó la Apertura y Fomento del Comercio y la Navegación. El 26 de junio de 1818, el Director Supremo Don Bernardo O´Higgins otorga la Patente de Navegación al Armador Francisco Ramírez para su buque “Gertrudis de la Fortuna” que se convierte en la primera nave mercante en enarbolar el pabellón chileno.
Este modelo de transporte es de una vital importancia en el desarrollo de nuestro país, por las características intrínsecas en relación a la geografía y ubicación en el globo terráqueo que tiene nuestra nación con respecto a los principales centros de abastecimiento y consumo.
Chile, por configuración geográfica, constituye un gigantesco archipiélago conformado por cuatro grandes islas: la zona continental desde la Línea de la Concordia hasta el canal Chacao, la región de los canales, desde el Chacao a la isla Diego Ramírez, la Antártica Chilena y el territorio insular oceánico.
La primera de estas islas, donde vive la masa de la población, es la única que cuenta con una prolongada y frágil vía terrestre que la une a lo largo de su gran extensión, mientras que el mar las vincula a todas sin excepción. Por lo tanto, es el gran camino de que disponen para enlazarse mutuamente y satisfacer sus necesidades de transporte masivo en forma económica y segura.
Por consiguiente, el cabotaje se considera imprescindible para satisfacer las necesidades de vida del país entero. La fisonomía del cabotaje muestra dos rutas bien definidas de dirección general Norte – Sur y viceversa teniendo su origen en las regiones extremas y convergiendo hacia los terminales marítimos de la zona central y, desde ésta, se genera un tráfico de retorno hacia el Norte y Sur del país.
A lo anterior debe agregarse un activo Cabotaje Regional interno en la Décima, Décima Primera y Décima Segunda Regiones.
Orígenes del Cabotaje Regional
Desde sus comienzos, en Puerto Montt, la actividad marítima le otorgó su fisonomía propia, pues era el único medio de comunicación con el resto del país.
A la participación de los bergantines “Janequeo” y “Meteoro”, de la Marina de Chile, en la fundación misma de la ciudad, hay que sumar el arribo del buque británico “Nueva Granada”, en diciembre de 1853, siendo el primer barco a vapor en recalar en nuestro puerto.
En el primer decenio proliferaron las embarcaciones intermedias – balandras y lanchas – que hacían el tráfico de mercaderías y pasajeros hacia y desde Calbuco y Ancud y veleros que lo hacían a Valparaíso y el extranjero.
El vapor “Bío Bío”, con sus ruedas al costado, condujo la primera mercadería desde Valparaíso y el bergantín “Eclipse” fue el primero que llevó maderas a ese puerto. Después lo harían la “Paulina Catalina” de la firma Lüdemann - Jüchner y las barcas “Chacao”, “Rimaquito”, “Melcón”, “Calbuco” y “Tinto” de Federico Oelckers.
Esporádicamente llegaron barcos de mayor tonelaje como el “Polinesia”, “Alfred”, “Wandrahm”,
“August”,“Susanne”,“San Francisco” y “Dendera”, este último ya en 1875.
La principal actividad de estas naves fue el transporte de colonos desde Alemania a nuestra zona.
Por la misma época se implementaron pequeños astilleros, actividad que progresó hasta poder construir una goleta de 17 toneladas destinada a la navegación hacia las provincias vecinas, bautizada como “Teresa de Llanquihue”.
Paralelamente, la necesidad de comunicación periódica con el resto del país, impulsó al gobierno a la contratación de barcos que hicieren viajes mensuales desde Valparaíso, lo que se concretó en enero de 1858 fecha en que comenzaron a llegar el vapor “Cloda”, la barca “Elisa” y la fragata “Liguria”, siendo los más asiduos, los vapores “Chiloé” y “Amazonas” de la Pacific Steam Navigation Company y de la Compañía Sud Americana de Vapores que comunicaban periódicamente Melipulli con Valparaíso y de allí con el resto del mundo.
Hacia fines de siglo la actividad marítima alcanzó niveles insospechados, liderada por la firma Oelckers Hermanos, que siguiendo la tradición de don Federico llegaba con sus veleros a todos los mares del mundo con una flota impresionante formada por el “Tenglo”, “Maillen”, “Llanquihue”, “Reloncaví”, “Calbuco II” y “Quemchi”. Posteriormente a partir de 1901, los Oelckers armarían el “Emblen”, “Temuco”, “Llanquihue II” y “Carelmapu” y adquirían los remolcadores “El León” y “La Foca”. Estas barcas hacían la navegación de cabotaje en la carrera de la madera, llevando desde puertos y caletas de Chiloé y Guaitecas, ciprés y otras maderas resistentes, a los puertos del Norte, donde se utilizaban como durmientes o en faenas de la gran minería.
Solo los buques más grandes fueron destinados al tráfico transoceánico, desde donde retornaban con carga de madera de pino o hacia Australia para la importación de carbón de piedra. Esta empresa subsistió hasta 1942.
El Cabotaje dentro de la Región
El Cabotaje Regional, fue iniciado por Don Jorge Ditzel con un pequeño barco de madera “el Mirita” transportando carga y pasajeros entre Puerto Montt, Castro, Quellón, Melinka y puertos intermedios. A poco andar adquiere, a la firma Grace, el “Caupolicán” y “Corcovado”, el “Calbucano” a los Oelckers y después compra el “Yates”, “Chacao”, “Armando”, “Atlas”, y “Lobo”, flota con la que cubre Chiloé insular y continental. Adquiere la agencia de naves Carlos Braemer de Puerto Montt y un muelle y bodegas convirtiéndose en Agente de la Compañía Sud Americana de Vapores, Menéndez Behety, Carlos Haverbeck y Cía. y de las alemanas “Cosmos”, “Hapag” y “Roland”, cuyas naves recalaban en Puerto Montt.
En 1933 la “Empresa Naviera Jorge 2º Ditzel” se fusiona con otras formando la “Compañía Naviera Comercial de Chiloé” y adquiere los vapores “Colo – Colo”, Mercedes” y “Santa Elena”, extendiendo sus servicios hasta Puerto Aysén; es pionera en viajes de turismo a la laguna San Rafael e istmo de Ofqui. En 1938 la empresa fue traspasada a la Sección Marítima de los Ferrocarriles del Estado, más conocida como Ferronave.
La empresa Ferronave, nació prácticamente al desecharse, por parte de la Dirección General de Obras Públicas, el proyecto del trazado del ferrocarril que pretendía unir Osorno – Cochamó – Aysén – lago Buenos Aires ( hoy General Carrera), el cual debía hacerse por terrenos muy abruptos, totalmente inexplorados, necesitando muchos túneles y que aumentaría al doble la distancia entre ambas puntas de rieles debido a la gran cantidad de curvas del trazado.
A raíz de la imposibilidad de concretar el proyecto, la Dirección General de Obras Públicas decidió crear el Departamento Marítimo de FF.CC. del Estado para dar continuidad por mar, a su servicio de trenes, hasta Puerto Aysén. Ferronave, inició sus actividades en Puerto Montt el 31 de diciembre de 1938 con el viaje inaugural del vapor “Tenglo”, de 442 toneladas, hacia Aysén.
Esta empresa, con las naves “Tenglo”, “Taitao” y “Chacao” cubrió con viajes semanales y quincenales las rutas hacia Aysén vía continente y vía archipiélagos hacia Castro, Ancud y Ralún.
Hasta ese entonces el Cabotaje había sido atendido por los barcos “Colo – Colo”, “Atlas”, “Mercedes” y “Santa Elena” de la Empresa Naviera y Comercial de Chiloé.
Poco tiempo después Ferronave implementó dos líneas, una “grande” desde Valparaíso a Puerto Montt y Punta Arenas con los barcos “Viña del Mar”, “Alondra”, “Villarrica”, “Puyehue”, “Navarino” y “Osorno”, además de la línea regional ya mencionada, a la que se agregaron los vapores “Trinidad”, “Dalcahue” y “Lemuy”, los cuales continuaron transportando pasajeros y mercaderías hacia el Sur, trayendo de regreso gran cantidad de animales vacunos y lanares desde Aysén y la región de Palena.
Siguiendo el ejemplo de la naviera Jorge Ditzel, la empresa Ferronave con el “Trinidad”, explotó también el servicio turístico a la laguna San Rafael.
Hoy, la Marina Mercante Regional se encuentra representada por una flota con un número de naves que es histórico y que día a día enfrenta los nuevos desafíos que generan las diferentes actividades productivas de la Región.
El crecimiento y desarrollo de nuestra flota se debe al trabajo sacrificado y silencioso de las distintas empresas navieras regionales guiadas por la tenacidad y perseverancia de sus armadores.
Vapores más conocidos
Vapor Atlas 1940 (Fotografía Archivo Alejandro Torres)
Vapor Colo Colo 1945 (Fotografía Archivo Alejandro Torres)
Vapor Puyehue 1950 (Fotografía Archivo Alejandro Torres)
Vapor Tenglo 1954 (Fotografía Archivo Alejandro Torres)
Motonave Osorno 1958 (Fotografía Archivo Alejandro Torres)
Vapor Taitao 1960 (Fotografía Archivo Alejandro Torres)
Vapor Trinidad 1962 (Fotografía Archivo Alejandro Torres)
4 comentarios:
Yo y mi familia viajamos en el vapor Osorno dese Puerto Montt hasta Punta Arenas en el verano de 1969. Travesía memorable con recalada en Puerto Edén, donde fuimos abordados por descendientes de Alacalufes que vendían artesanías. Yo tenía entonces 10 años.
Soy nieto del Capitán Luis Alcázar Haro y conozco muy poco de la historia de la navegación en la época del Trinidad y el Tenglo etc, me podrían orientar donde puedo averiguar mas de la historia de mi abuelo y anécdotas de esas épocas. Mi abuelo tuvo una nave de la empresa Ferronave que llevaba su nombre, que ocurrió con ella.
Siendo niño de 7 años, viaje de Valparaíso a Antofagasta en la motonsbe Osorno, el viaje duro una semana, hoy tengo 68 años y mi recuerdo esta intacto.
Siendo niño de 7 años, viaje de Valparaíso a Antofagasta en la motonsbe Osorno, el viaje duro una semana, hoy tengo 68 años y mi recuerdo esta intacto.
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