30 enero 2010

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 30 de enero de 2010


Continuando con nuestros "Álbumes del Recuerdo" en el diario El Llanquihue, presentamos a continuación el que hemos confeccionado para el sábado 30 de enero del 2010. Esta página es elaborada por el CEPH todos los días sábados, y es publicada en la página A2 en el formato impreso en papel del diario El Llanquihue. La información y fotografías pertenecen a nuestro Archivo y a material que es facilitado por la propia comunidad, como así mismo de la recopilación y análisis de bibliografía en diversas fuentes y a nuestras propias investigaciones.

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FAMILIA WERNER WINKLER

El 10 de Noviembre de 1852 arribó al puerto de Corral el velero “Susanne” con 105 inmigrantes alemanes. Debido a las dificultades encontradas para instalarlos en la zona de Valdivia, el agente de colonización don Vicente Pérez Rosales resuelve destinarlos a la Colonia de Llanquihue, por lo que tuvieron que navegar hasta Ancud y luego ser trasladados en lanchones hasta Melipulli, llegando el 28 de noviembre. Algunas semanas más tarde, el 12 de febrero de 1853, Vicente Pérez Rosales fundó la ciudad de Puerto Montt, en honor al Presidente de la República de entonces don Manuel Montt. Entre los colonos que participaron en dicha fundación, estuvo presente Gottlieb Werner Wendler, carpintero alemán oriundo de la localidad de Ruppersdorf, Sachen. Llegó junto a su esposa Johanna Döring y su hija Johanna Su segundo hijo Ernst Heinrich fue el primer retoño de inmigrantes alemanes nacido en Puerto Montt, en enero de 1853. Otros 9 hijos se agregarán posteriormente, dando origen a una numerosa e importante familia de nuestra zona, que inicialmente se asentó en el sector denominado Desagüe (hoy la ciudad de Llanquihue). En la fotografía se observa a uno de sus nietos, Johann Gottlieb Werner Gebauer junto a su esposa Alwine Winkler Raddatz y sus hijos Herbert y Oswald, captados en 1909 por el lente del fotógrafo osornino August Christ.

GRAN INCENDIO DE CALBUCO

El domingo 31 de enero de 1943, a las 15.30 horas, Calbuco fue azotado por un gigantesco incendio que redujo a cenizas gran parte de la ciudad. De acuerdo al Parte Oficial del Cuerpo de Bomberos, comandado en esa época por Carlos Mechsner, el siniestro se inició en el inmueble propiedad de Custodio Mansilla, ubicado en calle Antonio Varas s/n entre Ernesto Riquelme y Federico Errázuriz. Ese día muchas familias se encontraban fuera de sus casas, disfrutando de un caluroso domingo, y otras habían viajado en sus lanchas a la fiesta de la Candelaria en Carelmapu el 2 de febrero. El fuego se propagó rápida y violentamente por varias manzanas, debido a varios factores: el fuerte viento sur en un comienzo y su cambió de dirección posteriormente; la escasez de agua en los pozos de emergencia tras un caluroso verano; sequedad de las tejuelas de las casas; falta de implementación en bomberos para este tipo de incendios y la voracidad de las llamas que impidió un trabajo efectivo del personal. El balance final de esta catástrofe dio como resultado la destrucción total de 118 casas y millonarias pérdidas en inmuebles, menaje y mercaderías. La imagen captada ese día, muestra una vista general de Calbuco mientras ardía por varios frentes.

FRUTILLAR

Fue fundado el 23 de noviembre de 1856 por inmigrantes alemanes que se asentaron en la ribera oeste del lago Llanquihue durante el proceso de colonización germana en el gobierno del Presidente Manuel Montt. Los colonos en un comienzo construyeron sus casas en los cerros de los alrededores, debido a lo pantanoso del terreno cercano al lago. Se dedicaron por entero a las labores agrícolas y a la agroindustria, con el funcionamiento de lecherías, molinos, destilerías, curtiembres y algunos almacenes dedicados a la venta de víveres e implementos, incorporando al naciente villorrio sus costumbres y tradiciones típicas que traían desde sus tierras natales. Dado que el pueblo era paso obligado entre Puerto Montt y Osorno tuvo un rápido desarrollo a través del comercio y el establecimiento de pequeñas industrias. En lo cultural, la ciudad se encuentra realizando por estos días la 42 versión de las Semanas Musicales de Frutillar (27 de enero al 5 de febrero), que desde 1968 permite que la música clásica esté presente todos los años, con la presentación de afamadas orquestas e intérpretes nacionales e internacionales. La imagen, captada por Ernst Karl a mediados de la década de 1930, muestra una vista general de Frutillar Bajo.

INFORMACIONES COMPLEMENTARIAS

Grande incendio de Calbuco
Por Pablo Katz
(Artículo extraído de http://www.amigafm.cl/pagina_nueva_4.htm)
Juan van Bergenhenowen msf fue un sacerdote católico holandés, testigo atento de los tristes sucesos acaecidos en la Isla de Calbuco el 31 de enero de 1943.Ese día se produjo el mas grande incendio registrado del sur de Chile, y el cura impresionado escribió un libro testimonial, del que se conservó un manuscrito de su puño y letra, al que tituló justificadamente: “Grande incendio de Calbuco”. Al leer sus páginas, se viaja al pasado.
Aquel domingo 31, muchos calbucanos habían salido a pasear, los unos se habían embarcado en sus lanchas veleras para estar en la fiesta de la Candelaria en Carelmapu el día 2 de febrero, otros al campo a comer curanto. Sol, comida y bebida abundante , cuando de pronto, cerca de la hora “de onces”, escucharon la alarmante campana de incendio, viendo correr a los bomberos desde su Cuartel General ubicado en calle José Miguel Carrera hasta Antonio Varas donde se incendiaban las primeras casas. Era el comienzo de una catástrofe. Los que vieron el humo de las islas del frente dejaron la jarana para volver a cuidar sus hogares, pero rápidamente el fuego se extendió a negocios, oficinas públicas, hoteles y todo lo que conformaba el casco antiguo de la pujante ciudad; que era un puerto de calles estrechas, además de centro productor de conservas de mariscos para el país y el extranjero.
El viento sur al comienzo, unida a la sequedad de la tejuela y la falta de agua en los pozos de emergencia tras un caluroso verano, convirtió en una gran hoguera al pueblo entero. El fuego rápidamente se extendió sin dar cuartel, las casas ardían en forma espontánea e instantáneamente el fuego las consumía; al explotar violentamente lanzaban al aire tejuelas y maderas ardientes que propiciaban el fuego en otro sector. Las lenguas infernales alcanzaban alturas increíbles. La gente corría y trataba de poner a resguardo sus objetos de valor, pero no habiendo ya lugar seguro en el pueblo los dejaban en la playa, desde donde observaban con serena resignación el fin de sus inmuebles. A las 19:30, con cruel ironía, se incendiaba el Cuartel General de Bomberos frente a la mismísima Iglesia, desde donde se evacuaban sus imágenes, bancas y utilería. Al otro lado de la misma calle, las llamas avanzaban inexorables, hasta que se detuvieron gracias al agua de un pozo trasero. La última embestida del dios Hefesto vino por el norte, quemando toda la avenida Vicuña Mackena cerca de la playa, para luego subir la ladera que esta bajo la actual plaza Balmaceda, incendiando edificios en su frente sur.
Se luchó con denuedo por salvar la parroquia, por tercera vez amenazada. Eran las 21 horas y los heroicos bomberos calbucanos exhaustos y olvidando sus propias casas lograron detener el fuego muy cerca de su Iglesia, ello a través de desarmar completamente una construcción por un lado y mantener con agua la escuela aledaña por otro. En ese momento, habrían llegado bomberos de Puerto Montt a bordo del glorioso Escampavía Yelcho, ayudando a salvar estos edificios principales, claves en la moral y la reconstrucción del pueblo destruido. Las 12 manzanas principales habían sido arrasadas y solo el distante barrio La Vega se había salvado.
El Padre Juan salió a entregar consuelo a sus damnificados, bajo la noche fulgurante que los cubría con un manto de frió y desolación; fue un triste momento donde continuaron ardiendo aparte de lo material, los anhelos, recuerdos y esperanzas de todo un pueblo. Gracias a sus escritos, hoy podemos recordar lo sucedido.

Parte Oficial de la Comandancia del Cuerpo de Bomberos de Calbuco

Extractado del libro "CUERPO DE BOMBEROS DE CALBUCO HISTORIA CENTENARIA 1902-2002"
(Artículo extraído de http://cuadernoscaicaen.blogspot.com/2006/08/el-gran-incendio-de-calbuco-en-1943.html)

LIBRO DE PARTES DE ALARMA COMANDANCIA
ACTA DE INCENDIO

En Calbuco, domingo 31 de enero de 1943 a las 15;30 hrs., se declaro un incendio en la propiedad del señor A. Custodio Mancilla, ubicada en la calle Antonio Varas s/n entre Ernesto Riquelme y Federico Errázuriz; el edificio estaba ocupado por el señor. Hugo Herrera E., capitán de Puerto, quien además de la oficina que desempeña, mantenía allí sus habitaciones particulares. El Sr. Herrera no se encontraba en ese momento en a Ciudad.

El Comandante infrascrito no se encontraba a la hora del día indicado en la ciudad, sino que a una larga distancia del pueblo, y de donde no era posible distinguir demostraciones del siniestro por lo que, sólo hasta la hora de su llegada, más o menos a las 18:00 horas, pudo darse de la magnitud de la catástrofe. Por esta circunstancia los datos anotados en el presente parte, corresponden a los datos proporcionados por personas que en el momento de producirse el incendio, estaban en la ciudad y que fueran los primeros en acudir, al darse la alarma.

Según ellos, el fuego comenzó en la casa anotada más arriba, el cual se propagó rápidamente debido a que en la oficina de la Capitanía existían algunos tambores de parafina, que se utilizaba para el servicio del faro que existe en el muelle de pasajeros.

Debido a las circunstancias anotadas, y por ser día de Domingo en que gran parte de la población se encontraba fuera aprovechando el caluroso día. El fuego tomó proporciones imprevistas, razón que impidió que las bombas pudieran actuar de inmediato; fue necesario esperar hasta reunir algunas personas que pudieran arrastrar el material hasta las cercanías del sitios amagado.

Contribuyó a la propagación del fuego el fuerte viento del Sur, el que poco más tarde cambió de sentido, soplando brisa de oeste, lo que vino a complicar más la situación, pues el fuego también cambió de dirección y ataco edificios que no corrían peligro; fue necesario entonces, para dominar el fuego, distribuir el escaso material en varios sectores. Cuando esfuerzos se hicieron para detener el desastre, no dieron el resultado previsto, pues a una escasa hora de haber comenzado el fuego, ya abarcaba varias manzanas por distintas direcciones; pues ardían edificios de las calles Antonio Varas, Ernesto Riquelme, F. Errázuriz. En esta última se encontraban edificios de dos pisos, los que contribuyeron a incendiar a su vez, debido a su altura, a edificios bastante distantes del foco mismo del fuego; tanto es así que una casa ubicada en calle Errázuriz esquina de Varas predio a otro de calle Esmeralda, esquina de Varas. En esta forma se propagó a otros barrios.

Debido a estas circunstancias excepcionales, las bombas no pudieron actuar normalmente, pues por una parte, hubo necesidad de retirar el material amagado por el fuego, por otra parte el agua pronto comenzó a escasear; y finalmente, los voluntarios, y personas ajenas a la institución debieron abandonar sus labores en las bombas para salvar sus muebles y enseres, ya que en sus casas se encontraban el peligro de incendiarse.

Más o menos a las 17:30 horas, el fuego abarcaba ya seis manzanas, haciéndose imposible toda labor, pues parte del material tubo que ser abandonado ante el peligro que corrían las personas que lo atendían. Tampoco fue posible llevar las bombas hacia las calles de salida, se encontraban en llamas. No fue posible en un principio proceder al derribo de algunos edificios, por la falta absoluta de elemento apropiados, pues la única Cía., de salvataje se encontraba en un sector donde no era posible sacarla, por otra parte, el poco material disponible estaba en trabajo, y no habría sido prudente trasladarlo a otros sectores.

En esta emergencia, el fuego seguía consumiendo edificios. Cada vez con mayor rapidez, producidos por los cambios de viento, por lo ligero del material edificado y por la carencia de agua. Así a las 18: 30 horas el fuego ya habría hecho su obra; además de las calles ya nombrada, en la de Esmeralda, Angamos, Serrano, Condell, Aureliano, Sánchez, Miramar, Plaza Ramírez y parte de la Avda .Douglas (hasta la altura de la Empresa Eléctrica y la que fue salvada debido al derribo de cercos y pequeños casuchos). En la de Vicuña Mackenna, cuando ya el peligro parecía alejado, pues ni remotamente se creía existiera, comenzó a arder el tejado de la casa de propiedad de la firma Guillermo Schmeisser e hijos, la que por ser de material ligero, no pudo ser salvada. En este sector el fuego terminó en la última de dicha avenida.

En la calle Eulogio Goycolea, pudo cortarse el fuego a más o menos 100 metros de Ernesto Riquelme, para ello fue necesario que la Cía. de salvataje derribara una pequeña casa, contribuyó a este buen resultado la existencia de una pequeña muralla corta fuego. Dominado el peligro en esta parte ya fue posible trasladar algún material, con grandes esfuerzos a la Plaza Balmaceda esquina de E. Riquelme, pues la casa ocupada por la Gobernación ubicada en este sector ya se encontraba en llamas; allí pudo derribarse una bodega, evitándose así el que el fuego continuara por la calle de Galvarino Riveros. En el mismo sector de la plaza en calle E. Riquelme con J. M. Carrera el fuego amenazaba la escuela N° 1, la que pudo ser salvada tras grandes y tenaces esfuerzos, pues la bomba que se encontraba en el patio de ese establecimiento, no pudo actuar, debido a que el chorizo no alcanzaba a tomar agua, pues el pozo es de gran profundidad, fue necesario derribar una pared y pudo cortarse el fuego usando baldes y tarros para arrojar el agua.

Así pudo en esa parte conjurarse el peligro y evitar que el fuego pusiera en peligro la Iglesia Parroquial y lo edificado en la calle J.M. Carrera.

Cuando el fuego consumía la última casa de la Avenida. V. Mackenna, donde se encontraba la oficina sanitaria, recibimos el auxilio del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, cuyos voluntarios tras grandes dificultades pudieron desembarcar sus bombas y desplegar parte del material; pero debido a los pocos elementos de desembarco, dicha tarea demoró algo de tiempo por lo que la labor de estos se limitó a apagar escombros en la parte alta, pues aún había grandes llamaradas, esta labor se efectuó afrontando serios peligros, pues el material fue trasladado por el cerro donde no existía subida alguna y las bombas debieron trabajar desde la playa.

El fuego quedó dominado más o menos a las 20:00 horas.

El trágico balance de esta catástrofe dio como resultado la desaparición de 118 casas, con siguiente detalle; 54 casas de un piso 23 de un piso con mirador, 38 de dos pisos, 2 de tres entre estas se encontraba una casa de material sólido, cuyo interior se quemó totalmente.

Las pérdidas según declaración de los afectados y por conocimiento propio ascienden a las siguientes cifras; inmuebles $5.159.000-, menaje y mercaderías, $ 3.668.000.- por todo esto existan seguros comprometidos que alcanzaban a $ 1.581.000.- de las 118 propiedades destruidas, solo 34 tenían seguro.

En este siniestro el Cuerpo de Bomberos tubo que lamentar la perdida total de su edificio y parte del material que fue imposible sacar, como también el archivo de Directorio y Comandancia, de la que solo se libero el presente libro de partes, pues no se encontraba en el cuartel.

Para mayor claridad se adjunta en hojas por separado a la presente acta, un croquis del pueblo con todas las anotaciones más importantes, como también el detalle completo de las propiedades incendiadas.

CARLOS MECHSNER S.
COMANDANTE
1943




24 enero 2010

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 23 de enero de 2010

Como todas las semanas, publicamos en este primer mes del año 2010, un nuevo "Álbum del Recuerdo", página que el CEPH edita para el diario El Llanquihue, con imágenes e información de nuestro Archivo y con aportes facilitados por la comunidad. Esta sección se publica todos los días sábados en la página A2 del diario en su formato impreso en papel. En esta oportunidad la edición corresponde al sábado 23 de enero de 2010.



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MATRIMONIO FRANZ - NIEPEL

A fines de 1852 arribó al puerto de Corral el velero “Victoria” procedente de Hamburgo, trayendo consigo un centenar de inmigrantes germanos. Entre estas familias de colonos sobresale la conformada por Johannes Siebert, Therese Hohmann y sus cuatro hijos. Originarios de Oberzwehren, Hessen, se establecieron en el sector de Playa Maitén, dando origen a una abundante descendencia. Una de sus nietas, Alwine Niepel Siebert se casó en 1924 con el ciudadano austriaco Rudolf Franz Till, fijando su residencia en la ciudad de Puerto Varas. Abren un concurrido restaurant en calle del Salvador esquina San Francisco. En 1927 nace su único hijo, Karl Heinz Franz Niepel. En 1933 asume como canciller de Alemania Adolf Hitler, y el matrimonio Franz – Niepel, se incorpora con entusiasmo a las actividades que el NSDAP (Partido Nazi) desarrolla en la ciudad de las rosas. Sus públicas simpatías por el régimen hitleriano les provocó graves dificultades financieras durante la Segunda Guerra Mundial, pues el gobierno norteamericano incluyó al restaurant de este matrimonio en las denominadas “listas negras”, lo que implicaba el bloqueo de sus cuentas bancarias y la imposibilidad de acceso a créditos. Alwine Niepel Siebert falleció en Puerto Varas el 12 de enero de 1967, y algunos años más tarde, el 15 de febrero de 1970 lo hizo don Rudolf Franz Till.

CARROS DE SANGRE: INAUGURACIÓN

El 10 de enero de 1921, se vivió en Puerto Montt una especial inauguración, inédita en gran parte del país: la incorporación de tranvías tirados por caballos, los llamados "carros de sangre", la primera movilización colectiva de la ciudad. Una vez terminada la enrieladura de las calles por donde transitarían, la Empresa de Carros Urbanos, dirigida por Juan de Dios Donoso, puso en marcha el servicio con carros que circulaban desde calle Copiapó con Antonio Varas hasta Angelmó, quedando prácticamente unida toda la ciudad. El recorrido partía cada 20 minutos de oriente a poniente, y viceversa. La tarifa era de 20 centavos en primera clase, y 10 centavos en segunda clase. La capacidad de cada carro era de 10 pasajeros sentados y 5 de pie. El servicio duró solo algunos años, por lo riguroso del clima. Las constantes lluvias, derrumbes y torrentes convertían las calles en lodazales o las cortaban, cubriendo o destruyendo las líneas; las altas mareas al llegar a Angelmó, cubrían también las líneas, por no existir un malecón contra las olas. En todo caso, la experiencia de estos tranvías, dejó en los puertomontinos de la época un nostálgico recuerdo de uno de los aspectos más originales que se han vivido localmente. En la imagen, captada en 1928 (autor desconocido) se aprecia un “carro de sangre” en la esquina de Miraflores con avenida Angelmó, antes que se construyera el Puerto.

CARROS DE SANGRE: RECORRIDO Y REGLAMENTACIÓN

En la fotografía, captada en 1925 (autor desconocido), se observan los rieles por donde circulaban los “carros de sangre” en calle Antonio Varas. El recorrido de estos tranvías, comenzaba en calle Copiapó, y tenía los siguientes paraderos: Club Alemán, Plaza de Armas, esquina Guillermo Gallardo, esquina Pedro Montt, Botica Grassau (entre Cauquenes y Chillán), esquina Talcahuano, casa de Ema Outridge, casa de Adolfo Oelckers, esquina Valdivia, y final de Cayenel, antes de doblar en 21 de mayo para dirigirse a Angelmó. Parte de la reglamentación del servicio decía: “es prohibido fumar en el departamento de primera; en el de segunda se permite, salvo cuando el tranvía llevare luz encendida para evitar accidentes; es prohibido subir las ventanillas cuando estuviere lloviendo y hubiere mucho viento; los pasajeros tendrán derecho a llevar maletines o bultos de mano que quepan cómodamente debajo de los asientos; se prohíbe al cobrador y conductor admitir pasajeros en estado de ebriedad; se ruega al público dar cuenta a la administración si notare desatención, malos modales u oyeren proferir palabras indecorosas a los empleados de la empresa; los bomberos en actos de servicio, los policías de seguridad y un cronista de cada diario tendrán pasaje libre, como también el inspector de calles”.

16 enero 2010

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 16 de enero de 2010

Continuando con nuestras publicaciones en este primer mes del año 2010, presentamos a continuación el Álbum del Recuerdo correspondiente al sábado 16 de enero, página que el CEPH confecciona todas las semanas para el diario El Llanquihue, la cual se publica los días sábados en la página A2 del diario en su formato impreso en papel.

Les recordamos que pueden enviarnos sus fotografías antiguas, para ser publicadas en el diario y en este sitio web (sin costo alguno), con una pequeña descripción histórica de lo mostrado en la imagen. Si es necesario, podemos ampliar la redacción del artículo con la base de informaciones con que cuenta nuestra entidad.

Contactar al correo: ceph.pm@gmail.com o a los fonos 65-542650 - 95536627 con Alejandro Torres.


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ANGELMÓ POR DANIEL DE LA VEGA

A comienzos de 1948, Puerto Montt recibió la visita del escritor chileno Daniel de la Vega (Premio Nacional de Literatura en 1953). Aprovechando su permanencia en nuestra ciudad, "El Llanquihue", le solicitó escribir sus impresiones sobre la ciudad. El artículo fue publicado el 13 de enero de 1948 y en parte de éste se puede leer: "Angelmó es el barrio de los pescadores, rincón lleno de color y animación. Al muelle de Angelmó llegan las lanchas chilotas. Traen pescado y legumbres de los alrededores. Luego baja la marea y todas las lanchas se quedan perezosamente recostadas en la playa. Es un verdadero bosque de mástiles, cordeles y velas a medio arrollar. Los compradores bajan hasta las mismas embarcaciones a discutir el precio de una merluza o de una docena de zanahorias. Algunos pescadores se encargan de la venta y otros duermen tendidos en la cubierta de su barca. En el interior de estas barcas se divisan mujeres que dan de comer a sus chicos o lavan ropa. Es una alegre feria. Entre las lanchas bulle un mundo de chiquillos descalzos y de perros que se alimentan con los desperdicios de las ventas. El sol de última hora ilumina como un reflector horizontal esos cuadros vivísimos. Frente al sol crepuscular, los mástiles y las cuerdas se doran y adquieren teatral efecto. Lloran unos chiquillos y el viento de la tarde desmelena el humo fúnebre de un vapor que reposa junto al muelle". La imagen, de autor desconocido, muestra precisamente el Angelmó de aquellos años.

CONGRESO EUCARÍSTICO EN PUERTO VARAS

Durante varios días de noviembre de 1951 la ciudad de Puerto Varas se vio convulsionada con la realización del Congreso Eucarístico en dicha ciudad. Durante el encuentro se analizó el evangelio, se recordó a Jesucristo y se reflexionó sobre las obligaciones que debe tener todo buen cristiano. Asistieron a este Congreso Eucarístico el Cardenal José María Caro y 10 Obispos chilenos. La Cruz Monumental que se encuentra en la cima del cerro Philippi recuerda la realización de este magno acontecimiento religioso. La imagen, captada por un fotógrafo particular, muestra la multitud de gente congregada en la Plaza de Armas y en calle Del Salvador esquina Santa Rosa, en los momentos en que diversas entidades de la ciudad realizaban un desfile por las calles céntricas de Puerto Varas.

LUISA DONOSO QUEVEDO

Cerca de las 5:00 de la madrugada del viernes 1º de diciembre de 1967, don Ramón Silva, nochero del Hospital Regional de Puerto Montt, es despertado por un hombre que conducía una citroneta. Le señala que acaba de encontrar en la calle el cuerpo sin vida de una joven. En horas de la mañana, la policía ya conocía la identidad de la joven y del conductor de la citroneta: Luisa Donoso (18) y el abogado Alfonso Pérez Sánchez (39). Ambos mantenían un escandaloso affaire, pues el abogado era casado con la regidora de Puerto Montt Elsie Llewlyn. Al día siguiente, cuando la población puertomontina se preparaba a leer los antecedentes del caso en las páginas de El Llanquihue, en la primera página del diario se podía leer: “El juzgado prohíbe información sobre la muerte de una joven”. Según el certificado de defunción, Luisa Donoso falleció de “herida a bala penetrante cardiaca”. En primera instancia, se calificó el caso como homicidio y se dio la orden de detención del abogado Pérez Sánchez. Posteriormente el caso pasó a manos de la Corte de Apelaciones de Valdivia. Finalmente la sentencia fue dictada el 10 de noviembre de 1968. Pérez Sánchez fue declarado culpable de “cooperación al suicidio” y dejado en libertad tras pagar una fianza. El fallo provocó desazón en la familia de Luisa Donoso. Para ellos la justicia había operado favoreciendo a los poderosos.

09 enero 2010

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 09 de enero de 2010

Continuamos esta segunda semana del nuevo año que acaba de comenzar con un nuevo Álbum del Recuerdo que esperamos sea del agrado de todos, y que puedan conocer a través de estas imágenes y de las pequeñas historias y descripciones que acompañan a cada fotografía un poco más de nuestra historia local. Esta página la confecciona el CEPH para el diario El Llanquihue, y se publica todos los días sábados en la página A2 del diario en su formato impreso en papel. La edición corresponde al sábado 9 de enero del 2010.


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VAPOR COLONIA

La utilización de diversos tipos de embarcaciones para el transporte de pasajeros y de carga, a partir de los primeros años de colonización alemana alrededor del lago Llanquihue, fue fundamental para el desarrollo de esta zona. El medio de comunicación más importante fueron los vapores. Dentro de estos, el vapor Colonia tuvo una corta pero destacada participación. Construido por Eugenio Schulz, fue lanzado al agua en octubre de 1896. Su casco era de madera y cuadernas de fierro. Tenía una eslora de 33 metros, con capacidad para 120 toneladas. Era una hermosa nave, provista de muchas comodidades. Su andar era lento ya que su maquinaria y caldera no guardaban relación con el tamaño de la nave. En 1897 lo adquiere Gustavo Schminke, quien además era propietario del vapor Llanquihue. Hacía los recorridos entre Puerto Varas y Puerto Octay, y entre Puerto Varas y Ensenada, y cada cierto período hacía viajes de rodeo por todo el lago. En 1907 pasa a manos de Ricardo Roth, quien lo utiliza además para caravanas turísticas. Los vapores en general estaban siempre expuestos a incendios por la utilización de calderas. En 1912, estando atracado en el muelle de Puerto Octay, sufrió un incendio que fue sofocado. Pero el 21 de abril de 1915 tuvo un trágico fin, cuando zarpaba del muelle Wyhmeister en Los Riscos, al estallar violentamente su caldera, por descuido del maquinista, pereciendo 13 personas entre pasajeros y tripulantes. La pérdida del barco fue total. La imagen muestra al vapor Colonia en el mismo lugar donde ocurrió esta tragedia.

CREACIÓN ESCUELA Nº 1

Esta escuela fue fundada como Escuela Mixta N° 3 el 9 de julio de 1883, durante el gobierno de Domingo Santa María. Su primera directora fue la sra. Carmen Villarroel. Contaba con un solo curso mixto y funcionaba en un inmueble ubicado en calle Urmeneta esquina Talca. Años más tarde la dirección fue entregada a Eduviges Álvarez y en 1910 fue reemplazada por Sofía Martínez. En 1928 el establecimiento fue elevado a la categoría de Escuela Superior de Niñas N° 1, trasladándose a un local en calle Varas, entre Concepción y Talcahuano. En mayo de 1930 un incendio destruyó este lugar, por lo que debió funcionar por algunos meses en dependencias de la Escuela N° 6, para instalarse más tarde en un inmueble en calle Vicente Pérez Rosales. En 1933, al jubilar la sra. Sofía Martínez, la dirección fue entregada a la srta. Primitiva Morales, quien inició las gestiones para obtener unos terrenos en calle 21 de mayo, frente al actual Terminal de Buses, y construir allí un edificio propio. En 1937 la Srta. Inés Gallardo asume la dirección de la escuela y al año siguiente se inicia la construcción del edificio, el que fue entregado el 18 de junio de 1939, con la asistencia de diversas autoridades y personalidades. La imagen, captada por Arnoldo Skoruppa, muestra en primer plano este importante establecimiento educacional en 1950.

PANORÁMICA 1940

La fotografía, captada por Arnoldo Skoruppa en 1940, muestra una vista general de la ciudad, desde lo alto del cerro ubicado a la altura del Puerto. Se aprecia que los trabajos de relleno en la costanera han concluido totalmente, pero aún no se han comenzado a construir edificaciones sobre esta ampliación. Se está pavimentando la avenida que corre a lo largo de la costanera en dirección al centro. El cerro Miramar ha disminuido bastante su volumen con todo el material que le fue extraído para los rellenos del borde costero. En el sector del Puerto se observan trabajos de construcción de las instalaciones y bodegas que necesitará para su buen funcionamiento. En la bahía se encuentran los buques de la Escuadra chilena, al mando del acorazado Almirante Latorre. Se observa además el buque alemán Erlangen, que por motivo de la Segunda Guerra Mundial se mantuvo anclado frente a la ciudad entre 1939-41.

02 enero 2010

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 02 de enero de 2010

FELIZ AÑO NUEVO 2010!!

Ha comenzado un nuevo año, el que esperamos sea muy provechoso para todos los amantes de nuestra historia local.
Los mejores deseos y parabienes a todos nuestros lectores y comunidad en general.

Y ya que estamos iniciando un nuevo período, queremos entregar algunos comentarios.
Con el avance acelerado de las tecnologías y de los medios de comunicación, cada día es posible ir descubriendo nuevos pasajes de nuestro pasado, nuevas historias tanto familiares como de sucesos que alguna vez ocurrieron en nuestra zona.

Así mismo, a través de la constante búsqueda de investigadores locales, se han ido encontrando nuevas fotografías, muchas de ellas inéditas y nunca antes publicadas, que nos muestran un pasado rico en personajes, vivencias, eventos, conmemoraciones, edificaciones, monumentos, etc., que a la fecha, si no fuera por estas imágenes que inmortalizaron el momento, pasarían al olvido más absoluto.

A través del conjunto de estas imágenes, que se han podido ir recopilando desde álbumes fotográficos familiares, en ferias persas, en el comercio especializado tanto nacional como extranjero, y en un sinnúmero de lugares, es posible ir reconstruyendo nuestra historia, la evolución y el desarrollo alcanzado por la ciudad hasta nuestros días, tanto a nivel social, cultural, geográfico, etc.

Historias que muchas veces estaban inconclusas o no tenían un documento gráfico que respaldara lo narrado, en la actualidad, a través del trabajo mancomunado de todos los integrantes del Centro de Estudios del Patrimonio Histórico de la provincia de Llanquihue (CEPH), se ha podido dilucidar muchos episodios que no estaban claros o que sencillamente estaban errados a falta de una fotografía que dijera lo contrario.

Es por esto que las fotografías antiguas son tan importantes de poder conservar y mantener adecuadamente, ya que constituyen un documento histórico que permitirá a los investigadores e historiadores locales, estudiarlas en profundidad y en todos sus aspectos, desentrañando detalles que en el conjunto de un Archivo Histórico Fotográfico Patrimonial, como es el que nuestra entidad está formando, serán de gran ayuda para conocer e ir armando una cada vez más completa historia de Puerto Montt y sus alrededores.

Por este motivo invitamos a toda la comunidad a mostrarnos sus fotografías que tengan guardadas en sus álbumes, no importando si son antiguas o de solo algunos años o décadas atrás, ya que en cada una de ellas podrían haber detalles que al ojo del investigador podrían ser importantes de rescatar.

Les esperamos entonces con esas imágenes y ayúdennos a conocer más acerca de nuestro pasado.

Pueden tomar contacto, agradeciendo de antemano su colaboración, con:

* Alejandro Torres (investigador fotografías patrimoniales): fonos 65-542650 – 95536627 - email: atorres.pm@gmail.com - Presidente CEPH

* César Sánchez (profesor de historia): fono 65-255488 - Biblioteca Regional (primer piso edificio del Museo Juan Pablo II) - email: cesarsanchezvera@hotmail.com - Director CEPH

* Juan Carlos Velásquez (profesor de historia - Instituto Alemán de Puerto Montt): fonos 65-713100 - 78709281 - jcvelasquez@ialeman.cl - Director CEPH

Y como todas las semanas, publicamos a continuación nuestro primer "Álbum del Recuerdo" de este nuevo año 2010, página que el CEPH edita para el diario El Llanquihue, con información y fotografías de nuestro Archivo, y con material que nos facilita la propia comunidad. En esta oportunidad la edición del diario corresponde al sábado 2 de enero de 2010, página A2 del formato impreso en papel.


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GUILLERMO RENSINGHOFF HOHDAHL

Nació el 8 de octubre de 1882 en Velbert, Renania del Norte-Westfalia, Alemania. Llegó a nuestro país en 1910, como empleado de la firma Mertens de Valdivia, una de las casas comerciales más importantes de Chile. En 1918 contrajo matrimonio en Montevideo, Uruguay con Clara Kleffner, con quien aparece en la fotografía, naciendo de esta unión dos hijas. En 1926 se retira de la firma Mertens y se asocia comercialmente con Jorge Wilhem abriendo la Ferretería “El Ancla” en Puerto Montt. En 1928 adquieren la ferretería y mercería de don Albert Scholtbach y establecen una sucursal en el barrio Cayenel. Posteriormente, la sociedad Rensinghoff -Wilhelm abrió locales del mismo rubro en varias ciudades de la zona, entre las que se cuentan Puerto Varas, La Unión, Osorno y Coyhaique. El 5 de septiembre de 1955, el gobierno de la República Federal de Alemania lo designó Cónsul en Puerto Montt. Falleció en Santiago el 14 de junio de 1962, a la edad de 78 años, luego de una larga y penosa enfermedad.

ERUPCIÓN VOLCÁN CALBUCO

El domingo 6 de enero de 1929 un sordo y prolongado estruendo se dejó sentir sobre Puerto Montt, había entrado en erupción el volcán Calbuco. Había hecho una gran erupción en 1893 y otra de menores características en 1917. Los efectos de esta nueva erupción, que alcanzó un Índice de Explosividad Volcánica grado 4, tuvo graves consecuencias en el área que va desde las márgenes SE del lago Llanquihue hasta las riveras NE del Seno del Reloncaví. En el lago Llanquihue el vapor Santa Rosa y la goleta Gaviota evacuaron a los pobladores de Ensenada y trasladaron a los damnificados del desborde del río Pescado. Las cenizas alcanzaron en la zona un espesor de 5 cms. La gran cantidad de lava y cenizas arrojada en solo un par de horas sobre el lago Chapo, provocó la subida brusca de sus aguas y el desborde del cauce del río Chamiza, inundando las riberas y arrastrando árboles de raíz, animales y varias casas con sus moradores, produciéndose dos víctimas fatales. Otro de los efectos fueron los incendios forestales, que destruyeron grandes extensiones de ciprés y alerces. La erupción duró 4 días. La imagen captada por el fotógrafo Ernst Karl desde Puerto Varas, muestra al volcán Calbuco en plena erupción.

DILUVIO EN VERANO

La lluvia siempre ha formado parte de la vida de los puertomontinos, al igual que las inundaciones provocadas por ella, y no es de extrañar que muchas veces en plena época de verano se dejen caer sobre la ciudad torrenciales lluvias. Pero lo ocurrido en los primeros días de febrero de 1929, cuando normalmente se disfruta de las bondades de la playa y el mar, fue algo distinto. En solo tres días cayeron más de 200 mm. de agua, provocando una inundación como nunca antes se había visto. Los graves daños en calles y barrios producto de este anormal fenómeno climático, estuvieron agravados por la carencia de una red de alcantarillado, calles sin pavimentar y el desborde de esteros que corrían junto a varias calles. Los esteros de Guillermo Gallardo y Luis Ross anegaron completamente la población Modelo y todo el centro de la ciudad. Los edificios, la Catedral, la Intendencia, la Estación y la Plaza de Armas se veían como islas en la extensa inundación, que alcanzaba hasta el nivel de la cintura. En calle San Martín se abrió un canal para hacer escurrir hacia el mar el agua acumulada en el centro, pero la fuerza del torrente provocó el desmoronamiento de gran parte de la calle. El desborde del canal de calle Egaña anegó todo ese sector, incluso las partes bajas del Hospital Santa María. El estero que corría por la actual calle Lota, inundó todo el barrio Cayenel, afectando casas y locales comerciales, dejando abundante lodo en sus interiores. En la imagen se aprecia la Estación de Ferrocarriles inundada completamente durante aquel diluvio de verano.