"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 17 de octubre de 2009

Como todas los días sábados, publicamos a continuación nuestro "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH edita para el diario El Llanquihue, con información y fotografías de nuestro Archivo. En esta oportunidad la edición del diario corresponde al sábado 17 de octubre del 2009, y en el formato impreso en papel es la página A2. AMPLIAR Si desea ver esta misma página en el sitio web del diario El Llanquihue, click aquí RAMÓN YURASZECK DOGGENWEILER Nacido en la localidad de Piedra Azul, el 5 de mayo de 1887, hizo sus estudios en la antigua escuela San José de los padres jesuitas (hoy colegio San Francisco Javier), recibiendo una sólida formación cristiana que la conservó durante toda su vida. Se radicó en Valparaíso unos años, regresando en 1906. Ingresa a los servicios de Aduana y Tesorería, y posteriormente al Banco Llanquihue, donde llega a ser Gerente General y después Presidente del mismo. Militó en el Partido Conservador. Su deseo de servir a la comunidad lo llevó al municipio, siendo primero Regidor y entre 1950-53 asume como Alcalde. Fue un activo voluntario de la 2ª Compañía de Bomberos llegando con los años al puesto de Superintendente. El Directorio del Cuerpo lo nombró además Tesorero General, cargo que desempeñó durante casi 30 años. El diario El Llanquihue lo tuvo como Consejero de la Administración durante 23 años. Por su formación cristiana, participó en Acción Católica, la Sociedad San Vicente de Paul, escuelas parroquiales (Arriarán Barros y Josefa Téllez) y en varias otras entidades de bien público. Cooperó en la construcción del Santuario de la Virgen de Lourdes y en 1927 participó en la fundación del Rotary Club local. Contrajo matrimonio en 1919 con Paula Cantín Oyarzún (5 hijos). Fallecida su esposa, en segundas nupcias se unió con Juana Rendic Saric. En 1957 asume nuevamente como Alcalde, y estando en el cargo fallece el 29 de marzo de 1959. Su partida fue muy sentida por la comunidad, siendo homenajeado hasta en la Cámara de Diputados de la época. En su memoria una calle de la ciudad lleva su nombre. CALBUCO En mapudungun significa “aguas azules”. Es una de las ciudades más antiguas del país. Entre 1602-03, el maestre de campo Capitán Francisco Hernández Ortiz llega al lugar y levanta el "Fuerte San Miguel de Calbuco", en homenaje a la imagen del santo que los acompañó durante la travesía, después de huir de la ciudad de Osorno, destruida por la insurrección indígena que había comenzado en 1598. Con los años, comienzan a establecerse soldados con sus familias e indígenas pacíficos, que darán origen a una villa. Llegan los jesuitas y desde Calbuco comienza el proceso evangelizador de la región. Durante el siglo XVIII sus habitantes comienzan la explotación de la madera (alerce, ciprés), con una gran producción de tejuelas y tablas. La actividad industrial comienza hacia finales del siglo XIX, con la instalación de la naviera Oelckers y la industria conservera de productos marinos. En 1950 había más de 12 empresas, ocupando una población directa de 600 personas, lo que acrecentó el comercio detallista. En 1925 florece también la industria de la cal, la que es llevada a la zona central del país y exportada a Europa. Con la electrificación y la construcción del piedraplén (1964-65) se logró un notorio progreso en la ciudad, ayudado además por la llegada de la industria salmonera y el cultivo de mitílidos. En la imagen una vista de Calbuco en 1920. PEDRAPLÉN Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, en 1964, se comenzó a construir el pedraplén, que uniría la isla de Calbuco con el continente. La apacible vida de una villa marítima quedaría en el pasado. Con un costo de 300 millones de pesos, 120 mil metros cúbicos de material y una longitud de 240 metros, esta obra quedó terminada en 1965, pero fue hasta el 15 de mayo de 1966 que se inauguró oficialmente. Esta conexión, anhelada por sus habitantes, permitió un mayor crecimiento y progreso para la ciudad. En la imagen se aprecia la construcción del pedraplén aún inconclusa.