31 enero 2009

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 31 de enero de 2009

Publicamos a continuación nuestro "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH ha editado con fotos de su Archivo para la edición del día 31 de enero de 2009 en el diario El Llanquihue.

Más abajo, información complementaria a lo publicado en el diario.


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Fotos e Informaciones Complementarias

LOS PINTORES DE PUERTO MONTT

Alejandro Torres - Presidente CEPH Por Alejandro Torres

(Artículo base extraído de la Agenda de Puerto Montt año 2003, escrito por César Sánchez Vera, mezclado con información recopilada de internet).

La Caleta de Angelmó, es sin dudas, el lugar que mayor renombre le ha dado a Puerto Montt. Pintada y repintada por los artistas del pincel continúa sirviendo de modelo para principiantes y avezados. El serpenteante canal de Tenglo, sus orillas siempre verdes, los claro oscuros que aporta la nubosidad y la transparente luz que cubre las aguas en los días de sol, han hecho los alrededores de esta caleta y de nuestra ciudad un campo de permanente experimentación plástica.

Los inicios de la pintura puertomontina se remontan a la década del 40 cuando don Erardo Gallardo, profesor del Liceo de Hombres y por cuya menguada estatura recibía cariñosamente el apodo de "estampilla", creó la Academia de Pintura para alumnos de los últimos cursos de humanidades de dicho liceo. Entre sus primeros integrantes se encontraban: Hugo John, Leoncio Leiva, los jóvenes Stuardo, Vásquez y Schrimann quienes fueron aprendiendo las técnicas del dibujo, óleo y composición bajo la acertada dirección del profesor Gallardo.

Finalizada las humanidades, varios de estos aficionados a la pintura viajaron al norte para continuar estudios universitarios. A su regreso y gracias al entusiasmo del arquitecto Lizardo Bravo se fundó en 1953 la Academia de Artes Plásticas Vicente Pérez Rosales. En ella participaban activamente César Buskovich, Menita Nilsen, Hugo John, Manuel Maldonado (Manoly), Gastón Gómez y Emilio de la Maza. Esta nueva institución recibió el aporte del acuarelista español Ignacio Baixas, quien había sido contratado como profesor en la Escuela de Arquitectura y sintiéndose cautivado por la exuberancia del paisaje sureño visitaba periódicamente Puerto Montt.

En enero de 1956 la Academia Vicente Pérez Rosales organizó el primer Salón de Pintura, utilizándose para la exhibición el recinto municipal.
En esta época era frecuente encontrar deambulando por calles y cerros de Puerto Montt a Arturo Pacheco Altamirano y al acuarelista Fernando Morales Jordán. En 1959 las dos instituciones antes mencionadas se fusionaron dando origen al Grupo Plástico Angelmó, siendo su primer presidente don Alejandro Meza Albarracín.

La directiva arrendó una amplia casa estilo palafito en el sector de Angelmó, la “Casa de Botes” la llamaban, donde los pintores disponían de talleres individuales y donde se realizaron múltiples actividades, pintura en terreno y exposiciones. A este movimiento concertado de artistas pintores también se le conoció como la Escuela de Angelmó.

En aquellos tiempos la actividad pictórica, giraba en torno a la Caleta de Angelmó, de mayores dimensiones que en la actualidad, donde recalaban a orilla de playa las lanchas chilotas trayendo y llevando productos y provisiones, comunicando el comercio entre las islas y el continente. Se las podía apreciar en la playa secando sus velas al sol después de un día lluvioso.

El terremoto de 1960 dejó en la orfandad a los pintores, pues la Casa de Botes quedó en condiciones deplorables. Por tal motivo se le propuso al embajador mexicano, que se encontraba de paso en la ciudad, que ayudara a levantar un inmueble para los artistas, destinado a talleres y sala de exposiciones. Dicha solicitud fue acogida favorablemente por el gobierno azteca y el 14 de noviembre de 1964 se inauguró la Casa del Arte, colocándose como condición de que llevara el nombre del célebre pintor muralista "Diego Rivera". En ese entonces el Presidente de México era el licenciado Adolfo López Mateos.

Con posterioridad al terremoto se incorporan al Grupo Plástico: Juan Rivera, Carlos Larosse, Luis Vicencio y Flavio Rosas.
Al comenzar la década del 70 la producción de los pintores puertomontinos era abundante y de reconocida calidad estética, destacando las telas de Manuel Maldonado (Manoly), Gómez, Larosse y Vicencio.

Por esta misma fecha se formó la Asociación de Pintores proponiéndose como objetivo inmediato conseguir un espacio propio. En 1972 con recursos aportados por ellos mismos, acondicionaron la sala Hardy Wistuba, y dos años más tarde pintaron en el interior del edificio municipal dos murales alegóricos a la historia comunal (hoy día retirados de su lugar original, permaneciendo en una bodega municipal).

En la actualidad la institución se ha definido como una organización de orden comunitaria, artística, cultural, sin fines de lucro, cuyo objetivo principal es de promover, difundir e impartir el quehacer creativo plástico en nuestra comunidad.
Se constituyó legalmente, recibiendo su Personalidad Jurídica el 31 de mayo de 1991, con el nombre de ASOCIACIÓN DE ARTISTAS PLÁSTICOS DE PUERTO MONTT.

De izquierda a derecha se puede apreciar en el sector de Angelmó los pintores Hardy Wistuba Stange, Alejandro Meza Albarracín, Arturo Pacheco Altamirano y Manuel Maldonado (Manoly), de vuelta al parecer, después de una jornada pintando el bello paisaje de la caleta. Mediados de la década de 1950. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

En la imagen de izquierda a derecha se observa a Arturo Pacheco Altamirano, Hardy Wistuba Stange (en segundo plano), Alejandro Meza Albarracín y Manuel Maldonado (Manoly) en plena faena, pintando sus cuadros en Angelmó. Mediados de la década de 1950. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

En esta imagen se aprecia a Manuel Maldonado (Manoly) pintando un cuadro en Angelmó. Fines de la década de 1950. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

La imagen muestra a Arturo Pacheco Altamirano pintando en Angelmó. Mediados década de 1950. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

La flecha azul indica exactamente la ubicación que tenía la "Casa de Botes" en Angelmó, donde los pintores realizaban sus actividades. Fines de la década de 1950. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

Una vista de Angelmó a mediados de la década de 1950. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

24 enero 2009

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 24 de enero de 2009

Como todas las semanas, presentamos a continuación el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH edita para el diario El Llanquihue, con fotografías de su Archivo y fotografías que nos facilita la comunidad para este fin. En esta oportunidad la publicación corresponde al sábado 24 de enero del 2009.

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Fotos e Informaciones Complementarias

Fondas, Posadas y Hoteles

Por César A. Sánchez Vera

En 1861 la Municipalidad otorgó la primera autorización para el funcionamiento de un despacho de licores, propiedad de Antonio Cárdenas Iglesias, natural de Calbuco. En su establecimiento estaba permitido jugar dominó, ajedrez y billar, quedando terminantemente prohibido efectuar apuestas y utilizar naipes.

Ese mismo año, como consecuencia del crecimiento poblacional de la provincia y del tránsito permanente de personas cada vez mayor que se dirigían a Chiloé, Osorno y Valdivia a través del camino de la "laguna de Llanquihue", se hizo necesario contar con locales adecuados para el alojamiento de pasajeros. Se autorizaron, entonces, numerosos permisos para el funcionamiento de fondas, posadas y hoteles.

Las fondas eran centros para varones que se reunían a beber y a jugar. En 1864 don Juan Toribio Adriazola entusiasmaba a los parroquianos instalando un billar en su negocio. Al año siguiente Carlos Schurt inauguró en calle Portales, un local que contaba con cancha de palitroques.

Las posadas, en cambio, atendían las comidas y el alojamiento, como hoy lo hacen las residenciales. El primero de estos establecimientos perteneció a Ernesto Trauttmann. En mayo de 1864, tuvo permiso para instalar una posada en calle Urmeneta con Illapel.

Al finalizar 1866, Melipulli contaba con dieciséis locales entre fondas y posadas, más un alambique propiedad de Jorge Bückle, en calle Urmeneta. Éste destilaba aguardiante de cebada.

De estos locales, nueve de ellos se dedicaban al consumo de alcohol y al juego clandestino de naipes. En esta misma fecha hacen su aparición las "cantoras", damas dotadas por la naturaleza de melodiosa voz, encargadas de amenizar las tertulias nocturnas. Las "cantoras" no ejercían la prostitución, sin embargo, eran frecuentemente emplazadas por la justicia acusadas de llevar una vida "licenciosa".

El intenso tráfico marítimo, concentrado en el sector céntrico, convirtió a esta área en el lugar preferido para la instalación de hoteles, pues frente a la plaza de armas se encontraba el muelle de Pasajeros y Embarque. Uno de los más concurridos fue el hotel "Progreso", en la esquina de San Felipe con Urmeneta, el cual se incendió en 1895. Otro de los solicitados era el hotel "De La Marina", en San Martín.

En 1920 se disputaban la clientela los hoteles "Moreno", "Central" y "Hein" este último en Urmeneta con O'Higgins, donde hoy se levanta el Banco Central. Estaban también los Clubes "La Unión", "Balmaceda" y "Liberal" hasta donde llegaban los caballeros de la época a disfrutar de la gastronomía y mostos criollos, reuniéndose en estos locales, según sus preferencias políticas.

Para los viajeros de condición modesta, el barrio Cayenel ofrecía numerosas residenciales y casas de pensión por módicos precios. En calle Antonio Varas con Ancud estaba el "Mercadito", donde se comía con abundancia, y a su alrededor se concentraban los bares de corte popular.

Hotel Progreso. Estaba ubicado en la esquina de calles Urmeneta con San Felipe. El inmueble figura en las primeras fotografías de la ciudad (1862), pero no se sabe con precisión cuando comenzó a funcionar, estimándose que fue en esa década. La imagen muestra el hotel a principios de la década de 1890 (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

Gran Hotel de Santander y Salcedo. Estaba ubicado en la esquina de calles Benavente con O`Higgins. Imagen de la década de 1920 (Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

Hotel Central. Estaba ubicado en la esquina de calles Urmeneta con O`Higgins. La imagen corresponde a una postal publicitaria de la década de 1900, donde se puede apreciar la amplitud que tenía el hotel. En 1914, este hotel se transforma en el Hotel Hein, y al edificio se le hacen algunas modificaciones.

Hotel Central en la década de 1930. Este hotel es diferente al mostrado anteriormente. Estuvo ubicado en la esquina de calles Urmeneta con Rancagua (Imagen facilitada por el Museo Histórico Nacional).


Hotel Hein. Estaba ubicado en la esquina de calles Urmeneta con O`Higgins. En la imagen (edificio del lado derecho, ex Hotel Central) es de mediados de la década de 1940. Sufre un grave incendio en 1951 que lo redujo a cenizas.(Archivo Fotográfico Alejandro Torres).

17 enero 2009

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 17 de enero de 2009


A continuación nuestra página "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", que el CEPH edita con fotos de su Archivo y fotos enviadas por la comunidad, para la edición del día sábado 17 de enero de 2009 del diario El Llanquihue.

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10 enero 2009

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 10 de enero de 2009

Publicamos a continuación nuestro "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH a editado con fotos de su Archivo para la edición del día 10 de enero de 2009 del diario El Llanquihue.

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Fotos e Informaciones Complementarias

SANTIAGO 2° VERA ESPINOZA "ON CALISTO"

Alejandro Torres - Presidente CEPH Por Alejandro Torres

(Información y fotografía facilitada por su hija, sra. Ximena Vera Oyarzo)

Nació el 8 de Octubre de 1922. Hijo de don Santiago Vera Cartes y Doña Elvira del Carmen Espinoza Saravia.
Realizó sus estudios primarios en la Escuela de Pelluco y en la Escuela N°2 de Puerto Montt, y secundarios en el Liceo de Hombres Manuel Montt.

Ingresó a la Escuela de Grumetes el 7 de Noviembre de 1939. Realizó su Servicio Militar en la Armada de Chile en el año 1941, egresando como Grumete y Aspirante a Marinero.
Posteriormente, en el año 1945, ingresa a la Escuela de Telecomunicaciones, en Viña del Mar, siendo trasladado a Valparaíso y posteriormente a la Base Naval de Puerto Montt, donde egresa como Marinero Señalero, para el Servicio de Radio Telegrafista. Es nombrado Jefe de la Oficina de Correos y Telégrafos de Frutillar Alto.

En 1949, contrae matrimonio con la Profesora de Frutillar Flor Andina Oyarzo Carrasco, con quien tuvo nueve hijos.

En el año 1960, comienza un programa humorístico en la Radio Vicente Pérez Rosales, con el nombre de "ON CALISTO Y CHALAITO", el que realizaba con su hijo Víctor Hugo.
Durante 35 años, realizó además un programa en la Radio Llanquihue, llamado "Las Mañanitas de On Calisto", especialmente dedicado a los sectores rurales cercanos a Puerto Montt, destacando su picardía y sus chistes sanos que hacían reír a grandes y chicos.

Incursionó también en la poesía, llegando incluso a ser "Poeta Laureado", coronando a Reinas de Puerto Montt, Fresia, Río Frío, Calbuco, Maullín, Pargua, etc.
Siempre, expreso, el amor y el cariño a su esposa, hijos y nietos a través de hermosas composiciones poéticas.

Cuando se acogió a jubilación en el año 1974, se trasladó junto a su esposa e hija Marcela, a los hermosos parajes de la localidad de Abtao, comuna de Calbuco, donde fue muy querido y apreciado por la comunidad, donde siguió componiendo versos y prosas y actuando en Veladas de Escuelas cercanas, Clubes Deportivos, Juntas de Vecinos y despidiendo en el Camposanto, con bellas y sentidas palabras, a los vecinos en sus funerales.

El 23 de Agosto de 1998, en el marco del Día Internacional del Folklore, fue homenajeado en el Teatro Diego Rivera de Puerto Montt, por su aporte al folklore a través de su personaje "ON CALISTO", ocasión en la que hizo una presentación, donde volcó elementos propios del estilo que lo hicieran famoso.
Recibió de parte de la Municipalidad de Puerto Montt, un galvano y un obsequio, en tanto la Radio Reloncaví efectuó un reconocimiento por su aporte a la radiodifusión.

Al fallecer, el 8 de Febrero del 2006, recibió numerosas muestras de cariño de toda la comunidad, siendo despedido por folkloristas, amigos y familiares. A nombre de la familia, a través de sus nietos Víctor Sebastián y Ricardo Javier, le expresaron todo el amor y cariño, que de él siempre recibieron.
Al momento del ultimo adiós, un cisne emprendió el vuelo, al silbido de un canario, que entonó su nieto Rodrigo Alejandro.

Santiago Vera junto a su hijo Víctor Hugo, fotografiados en calle Varas en 1965, vestidos como sus personajes "On Calisto y Chalaito".

04 enero 2009

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 03 de enero de 2009

Como todas las semanas, publicamos a continuación nuestro "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH a editado con fotos de su Archivo para la edición del día 03 de enero de 2009 del diario El Llanquihue.

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Fotos e Informaciones Complementarias

EPIDEMIA DE VIRUELA

Por César A. Sánchez Vera

Al despuntar el siglo XX Puerto Montt bordeaba los 6.000 habitantes, las calles eran de ripio transformándose en verdaderos lodazales para las épocas de lluvia y solamente el sector céntrico se encontraba iluminado por débiles faroles de sebo o parafina, que se encendían al atardecer y a las pocas horas se apagaban.

En 1905 nuestra ciudad se vio azotada por una epidemia de viruela que se extendió por todo el sur del país. La enfermedad se presentaba con dolores de cabeza, espalda, malestar general y alta fiebre; a los pocos días aparecían por todo el cuerpo unas pústulas amarillentas. Para esta enfermedad no había remedio y después de una agonía abrazadora como consecuencia de la fiebre, la persona fallecía resignadamente salvo que tuviera la fortaleza suficiente para soportar los padecimientos.

El 5 de marzo recaló en la bahía de Puerto Montt el vapor “Palena” solicitando la presencia de un médico para un marinero enfermo, en tanto el resto de la tripulación se diseminaba por bares y prostíbulos; al día siguiente, tres tripulantes cayeron enfermos diagnosticándose viruela. Inexplicablemente el barco no fue declarado en cuarentena y permaneció una semana anclado con la tripulación recorriendo la ciudad.

El 12 de marzo se registró el primer caso de viruela en la ciudad afectando a Federico Heck, días más tarde fallecían las primeras víctimas, don Amador Trujillo y la señora Marta Hernández de Vega. Ya no cabía duda alguna que se trataba de una peligrosa epidemia, pues los casos se multiplicaban rápidamente. En las primeras treinta defunciones se efectuó el correspondiente velatorio con la asistencia de familiares y vecinos, contribuyendo de esta forma a propagar la enfermedad; además, el sepulturero era un asiduo parroquiano de tabernas y lenocinios.

A fines de marzo la Municipalidad ordenó colocar una bandera blanca en todas las casas donde había enfermos y se prohibieron los velatorios con expresa indicación de sepultar en forma inmediata al difunto. El cadáver era conducido al cementerio por un individuo que, junto con tirar el carretón, debía hacer sonar una campanilla para que los transeúntes se apartaran al paso del fallecido.

Los establecimiento de enseñanza paralizaron sus actividades, el Colegio San Javier se declaró en cuarentena para evitar el contagio, no se permitía la salida de los alumnos internos como igualmente no se autorizaba la visita de familiares. Calbuco al enterarse de “la peste que diezmaba a la población de Puerto Montt” prohibió la recalada de todo barco que hubiese estado en nuestra ciudad. A pesar de las medidas adoptadas la mortalidad iba en aumento por lo cual se habilitó una fosa común para agilizar los entierros y se construyó un lazareto, en el interior del cementerio general, lugar hasta donde eran conducidos los enfermos que presentaban síntomas de viruela, junto al improvisado hospital se levantó una capilla para darles asistencia espiritual propia de un cristiano. En el lazareto los Guardianes (Carabineros) vigilaban permanentemente para evitar que aquellos con fuerzas suficientes huyeran del recinto.

Le correspondió al doctor Alberto Burdach Nicolai y al Alcalde don Cristian Brahm Sprenger enfrentar la epidemia. Considerando la ciudad de Puerto Montt y campos aledaños, se estima que la población fallecida alcanzó a las cuatrocientas personas.

28 diciembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 27 de Diciembre de 2008

A continuación presentamos el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH ha editado con fotografías de su Archivo, para la publicación correspondiente al sábado 27 de diciembre de 2008 del diario El Llanquihue.

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21 diciembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 20 de Diciembre de 2008

Publicamos a continuación nuestra página "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" que el CEPH ha editado con fotos de su Archivo para la edición del Sábado 20 de Diciembre del 2008 del diario El Llanquihue.

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14 diciembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 13 de Diciembre de 2008

Como todos los sábados, presentamos a continuación el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH ha confeccionado con material y fotografías de su Archivo para la edición del sábado 13 de diciembre del 2008 del diario El Llanquihue.

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07 diciembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 06 de Diciembre de 2008


Presentamos a continuación el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH ha editado con material y fotografías de su Archivo para la publicación correspondiente al sábado 06 de Diciembre del 2008 del diario El Llanquihue.

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30 noviembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 29 de Noviembre de 2008

A continuación presentamos el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH ha editado con información y fotografías de su Archivo, para la publicación correspondiente al sábado 29 de noviembre de 2008 del diario El Llanquihue.

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Fotos e Informaciones Complementarias

EL VAPOR MERCANTE ALEMÁN ERLANGEN

Alejandro Torres - Presidente CEPH Por Alejandro Torres

Información extraida de Crónicas de Jerjes Olavarría (Q.E.P.D.)

En la madrugada del domingo 12 de mayo de 1939 arribó a Puerto Montt el vapor mercante alemán “Erlangen” de la Compañía Nord Deutscher Lloyd.
Venía desde Dunedin, puerto al sur de Nueva Zelanda, desde donde se dirigía a Nueva York, su recorrido ordinario.

En vista de la declaración de la segunda guerra mundial, este barco cambió de rumbo y se dirigió a las costas chilenas, muy por fuera de las líneas ordinarias de navegación, haciendo enormes recorridos por el Pacífico sur para poder así eludir la vigilancia de los buques de guerra británicos que inspeccionan estos mares. Tuvo que navegar hasta el grado 56 que está a la altura del Cabo de Hornos, en tanto que Nueva Zelanda está en la latitud de nuestra región. Así, no es de admirar que el viaje haya durado 72 días.

Todo esto no deja dudas de la verdadera odisea que sufrieron estos marinos hasta llegar a puerto neutral. La tripulación compuesta de 50 chinos y de 13 oficiales alemanes al mando del capitán Grams, tuvieron que sufrir las mayores privaciones por la escasez de alimentos durante el largo recorrido. La falta de combustible no fue menor, debiendo hacer casi la mayor parte del trayecto a vela. Esta circunstancia, fue la causa de que no llamara la atención a los buques ingleses.

Todas esto se vivió a bordo del barco, horas de verdadera desesperación y largo tiempo a ración de hambre, lo que dio margen a una multitud de comentarios entre algunas personas que narraban en forma espectacular las mínimas porciones de arroz con que se alimentaban los chinos y otros detalles semejantes. Se dijo que la falta de combustible obligó a hacer uso de partes del barco, las menos indispensables, comentándose que se habían quemado camarotes y los botes salvavidas, pero aún quedaban a bordo varias toneladas de carbón .

En los roles entregados a la Gobernación Marítima se encontró tarjado el nombre del tripulante chino Yue Kwei Tang, fallecido en alta mar durante la travesía, como resultado de un ataque al corazón. De acuerdo con las leyes náuticas fue arrojado al mar.

El Erlangen, vapor de más de 6.000 toneladas, llegó primeramente a Ahui en Ancud. Desde allí fue auxiliado y un práctico lo trajo hasta Puerto Montt donde quedó internado por tiempo indefinido. Las autoridades marítimas procedieron a quitarle las antenas de radio, conforme a las disposiciones existentes sobre la neutralidad de nuestro país.
Entre otras mercaderías, el barco llevaba a Nueva York 350 toneladas de lanas, productos que fueron transbordados a algún vapor nacional y conducidos a su destino.
Una nota exótica la constituyeron los chinos que tuvieron que desembarcar entre la curiosidad de la gente. Como el barco quedaba indefinidamente internado, los chinos debieron trabajar en la ciudad, quedando muy pocos a bordo. Otros fueron devueltos a su país.

El 7 de Diciembre aparecía una información en el diario “El Llanquihue”:
Hoy arribarán a esta ciudad 7 tripulantes alemanes del vapor “Dusseldorf”, desde Valparaíso, para integrar la dotación de personal necesaria del vapor mercante Erlangen internado en nuestro puerto.

Otra Crónica aparecida en “El Llanquihue”, el 8 de mayo de 1941 decía:
Numerosos grupos de marineros del velero alemán “Priewald”, surto en Valparaíso, llegaron a Puerto Montt para completar dotación del Erlangen.

Teniendo los barcos alemanes órdenes de salir de los puertos chilenos para regresar a su patria, el Erlangen dispuso los preparativos de partida para zarpar en su oportunidad. Los barcos mercantes alemanes anclados en los puertos de Talcahuano y Coquimbo, completaron su dotación con tripulación del velero “Priewald”. El caso del Erlangen fue semejante, pues, no teniendo tripulación tuvo que traer personal de Valparaíso, del mismo velero.
Llegaron más o menos 18 jóvenes por el tren de mediodía y su embarque en el Erlangen fue inmediato con sus respectivos equipajes. Interrogado el Gobernador Marítimo, manifestó que efectivamente, días atrás en dos o tres ocasiones se había autorizado en la Gobernación el embarque de marinos alemanes del Priewald para completar la dotación del Erlangen, quienes ya venían de Valparaíso con sus pasaportes al día y la autorización correspondiente de la Dirección del Litoral.
Se supuso que el Erlangen tomaría las rutas del Pacífico hacia el Japón, por estar ésta nación adherida al Eje, ofreciendo una mayor seguridad, además de la posibilidad de burlar más fácilmente por el Pacífico la vigilancia británica. Se suponía que las rutas del Atlántico serían desechadas, por cuanto estaban comprendidas en la zona de guerra.

El 16 de Mayo de 1941, El Llanquihue informaba que más de cuatro mil sacos de cereales había traído el vapor Puyehue para el Erlangen, pero la Orden de Embarque al vapor alemán había sido revocada por una orden, suspendiéndose el embarque.
Finalmente, el jueves 5 de junio de 1941, El Llanquihue informaba que el vapor mercante alemán Erlangen había llegado sin novedad a Buenos Aires.

Circularon diversos rumores respecto al posible rumbo que habían tomado los mercantes alemanes que habían zarpado de nuestras costas, especialmente el Erlangen. Desde un principio se dijo que la posible ruta que seguirían los barcos alemanes sería la del Pacífico rumbo a aguas japonesas, ya que se trataba de un país amigo. Más tarde se supo que estos barcos abandonaron el mismo día las aguas chilenas navegando en convoy hacia Vladisvostok, puerto ruso en la Siberia Oriental, de donde sus productos serían transportados por ferrocarril.
El Cónsul Alemán en nuestra ciudad, don Antonio Olbrich, manifestó saber de fuente oficial que el Erlangen había llegado el martes 3 de junio a Buenos Aires sin novedad,
añadiendo que los demás barcos navegaban rumbo al mismo destino.


El vapor mercante alemán Erlangen aparece en la imagen al fondo, junto a la Escuadra chilena. En primer plano el acorazado Almirante Latorre. Fotografía tomada por Arnoldo Skoruppa en 1940. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres)

Otra imagen donde aparece el Erlangen fondeado en la bahía (el último buque de al fondo) junto a la Escuadra chilena. En primer plano se aprecia además el velero "Nelson" de la naviera Oelckers. La vista está tomada desde lo alto de la puntilla Tenglo donde hoy está la Cruz. Una hermosa fotografía rescatada desde un álbum familiar, donde se distinguen distintos tipos de embarcaciones. Autor desconocido, 1940. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres)

23 noviembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 22 de Noviembre de 2008

Como cada sábado, presentamos el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", que el CEPH ha editado esta semana con fotos de su Archivo, para la publicación del sábado 22 de noviembre del 2008 del diario El Llanquihue.


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Fotos e Informaciones Complementarias

EL TELÉGRAFO

Alejandro Torres - Presidente CEPH Por Alejandro Torres

El invento de Samuel Finley Breese Morse, el telégrafo, que permitía a través de cables enviar mensajes a la distancia en un código especial, revolucionó las comunicaciones a escala mundial.
Después de perfeccionar varios prototipos, Samuel Morse logró transmitir el primer telegrama en Estados Unidos el 24 de Mayo de 1844, utilizando el código Morse, sistema que él mismo inventó, donde cada letra es designada en base a puntos y rayas.
En Puerto Montt, este importante medio de comunicación, comienza a operar el 4 de octubre de 1881.
Una de las primeras noticias, conocida casi inmediatamente, fue la elección de Domingo Santa María como Presidente de Chile; días después, en los salones del hotel "Osorno", el alcalde don Federico Oelckers Detlevsen ofrecía un banquete a las autoridades y principales vecinos a raíz de esta elección presidencial. "El Porvenir" periódico que circuló entre 1881 y 1884, dejaba consignado en sus páginas la inauguración del telégrafo en la ciudad, acotando además que “Puerto Montt debe sentirse orgulloso, es un paso éste que justifica de manera honrosa que en la corta existencia de nuestro pueblo el adelanto viene a tocar la puerta de nuestros hogares".
Existía una red de postes con cables que, en su gran mayoría, había sido construida por el Estado chileno. Los tramos entre algunas ciudades eran concesionados a particulares, en consecuencia existía una competencia entre el Telégrafo del Estado con las empresas particulares.
En cada oficina había un administrador, un operador que dominaba los sonidos del código Morse y los despachadores que repartían los telegramas. Junto a ellos trabajaban los inspectores y "reparadores de hilo", estos últimos se encargaban de recorrer el tendido de cables uniéndolos cuando algún accidente los cortaba.
Entre las empresas particulares que prestaban este servicio la más exitosa fue el Telégrafo Comercial. Don Atanasio Reyes Peralta, natural de Osorno, ingresó a los dieciséis años a trabajar como aprendiz en el Telégrafo del Estado. Hacia 1895 había ascendido a inspector y muy pronto ocupó la administración de una oficina. A comienzos del siglo XX arrendó el Telégrafo Americano que cubría el tramo Concepción-Temuco-Osorno. Su vasto conocimiento, más la energía desplegada le permitió crecer rápidamente y en 1905 fundó el Telégrafo Comercial que cubría las ciudades más importantes del territorio nacional.
En Puerto Montt tenía oficina en la esquina de calle Rancagüa, posteriormente se trasladó en las proximidades de la Estación de Ferrocarriles (calle Quillota) y finalmente, ocupó las dependencias de una casona de madera en calle O"Higgins, a un costado de la Catedral, lo cual le permitió una cercanía con los numerosos hoteles de la ciudad.
El Telégrafo Comercial sobrepasaba en eficiencia al Telégrafo del Estado, por lo tanto tenía tarifas más altas que compensaban la rapidez.
Hacia 1915 una carta entre Puerto Montt y Santiago demoraba diez días de promedio, en cambio una comunicación a través de telegrama llegaba a su destino al día siguiente. Aquellos telegramas que anunciaban nacimientos, defunciones o viajes tenían preferencia y eran marcados con una cruz roja. El trámite comenzaba solicitando una hoja tipo, donde se anotaba el destinatario, la dirección y el mensaje. Existía un mínimo de diez palabras, y cuando el mensaje era más extenso se cobraba por palabra. Existía también la carta-telegrama que resultaba más barata que un telegrama corriente de texto muy largo.
Al comenzar la década de los ochenta la telefonía comenzó a masificarse, en consecuencia el telégrafo se volvió anacrónico y cerró sus oficinas, convirtiéndose los equipos transmisores en piezas muy apreciadas para los coleccionistas.

BALNEARIO DE PELLUCO

A 4 Km. del centro de la ciudad se encuentra el balneario de Pelluco, que en lengua mapuche significa “estero de choros” (Pellu=choro y co=agua, estero).

En 1911 este sector fue habilitado y declarado balneario para las personas mejor acomodadas de la ciudad y que tenían sus parcelas de agrado en el lugar.

Entre los primeros vecinos que se radicaron en Pelluco y alrededores, están las familias Peñaylillo, von Mayer, Tureuna, Quinan, Rapiman, Vivar, Paillacar, Proeshler, Mardones, Oyarzo y Torres entre otros.

A principios del siglo XX se construyó al final de Pelluco la capilla Santa Cruz, que fue reconstruida en 1985 con materiales que asemejan una arquitectura chilota.

Hasta la década de 1960, en que se construye el camino costero, Pelluco se conectaba con la ciudad a través del “camino viejo”, que comienza al final de calle Regimiento. Solamente la línea férrea corría por el borde costero. En la actualidad, es además un sector residencial que cuenta con servicios de alimentación, alojamiento y discotecas.

A continuación algunas imágenes de Pelluco, que reflejan como ha ido cambiando con el paso de los años.

Una de las más antiguas fotografías conocidas del balneario de Pelluco. Data de 1920, y se puede apreciar que el sector es netamente rural, con una pequeña capilla (Santa Cruz) construida a principios del siglo XX, la cual fue reconstruida en 1985 asemejando una arquitectura chilota. Se alcanza a observar al lado izq. de la imagen, una huella que corresponde al actual camino hacia Chamiza.



Otra vista de Pelluco, de 1921, desde lo alto del camino (una huella) que iba a Chamiza.

Vista de Pelluco, de 1922, que muestra las pocas casas que había en el sector.

Una extraordinaria fotografía aérea del balnario de Pelluco, de 1935-36, tomada al parecer desde un avión Gipsy Moth DH-60 (por el tipo de ala y el fierrito vertical que se aprecia al costado derecho), que fue el primer avión que tuvo el Club Aéreo de Puerto Montt y que llegó en 1935. Se puede apreciar la línea férrea, parte del "camino viejo" que llegaba a Pelluco y que comenzaba al final de calle Regimiento, ausencia de camino costero, la capilla Santa Cruz (ángulo inf.izq.) y las pocas casas que existían en esa época.


En la imagen, que data de 1945, se aprecia el balneario de Pelluco y algunas casas residenciales, que alcanzan solamente hasta el “puente”. Más allá se observa que aún el sector es netamente rural.

Una imagen de Pelluco de 1955, 10 años más tarde que la imagen anterior. Se aprecia un mayor número de casas residenciales, y se aprecia que "pasado el puente" el sector ya está comenzando a ser poblado, y ha dejado de ser "campo".

16 noviembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 15 de Noviembre de 2008


Como todas las semanas, presentamos a continuación el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH ha editado con material y fotografías de su Archivo para la publicación correspondiente al sábado 15 de Noviembre del 2008 del diario El Llanquihue.
Más abajo, fotos e informaciones complementarias de los temas publicados en la página del diario.

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Fotos e Informaciones Complementarias

PASTOR MANUEL BRITO ESCOBAR

(Fundador de la Iglesia Evangélica Pentecostal de Puerto Montt)

Alejandro Torres - Presidente CEPH Por Alejandro Torres

(Información e imágenes aportadas por familiares residentes en la ciudad y recopilación de internet)

Iglesia Evangélica Pentecostal en Chile

De acuerdo a sus actuales Estatutos, la Iglesia Evangélica Pentecostal se gestó en los primeros años del siglo XX, naciendo como un movimiento espiritual en el seno de la Iglesia Metodista Episcopal, denominación de origen estadounidense que desde fines del siglo XIX se encontraba radicada en Chile, contando con varios templos en Santiago y ciudades de provincia como Valparaíso.

En el año 1909, en las ciudades de Valparaíso y Santiago, un grupo de estas congregaciones invita al Pastor Willis Collins Hoover Kurk, misionero norteamericano hasta ese momento y Pastor de la Iglesia Metodista Episcopal de Valparaíso, para que junto a otros Pastores lidere un nuevo movimiento que posteriormente se transformaría en la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile. El crecimiento de la naciente iglesia fue notable, desarrollándose tanto en Chile como en el extranjero.

Sin embargo, en 1932 un grupo liderado por el Pastor Manuel Umaña, Pastor de la Iglesia de Santiago de calle Jotabeche, se separa del Pastor Hoover, y toma la dirección de la Iglesia Metodista Pentecostal, mientras que el Superintendente Hoover, junto a los Pastores leales a él, continua esta gran obra de evangelización con el nombre de Iglesia Evangélica Pentecostal de Chile, la cual comienza a crecer con fuerza hasta su fallecimiento en 1936.

El Superintendente sucesor, el Pastor Presbítero Guillermo Castillo Moraga junto a su cuerpo de Presbíteros y Pastores, continua con la labor de consolidar la expansión nacional de la Iglesia. Es precisamente en este proceso, que a fines de 1936, es designado a la ciudad de Puerto Montt el Pastor Manuel Brito Escobar, quien se encargará de evangelizar las Provincias de Llanquihue y Chiloé.

PASTOR MANUEL BRITO ESCOBAR

Nació en Valparaíso el 10 de Noviembre de 1907. Se convirtió al Evangelio en 1927 a la edad de 20 años, ocupando diversos cargos en su iglesia en Linares. En 1936, en la última Conferencia presidida por el Superintendente W.C. Hoover, se vislumbran las dotes que caracterizaban la persona de este joven, por lo cual es llamado al Ministerio, estando aún soltero, siendo designado a la ciudad de Puerto Montt.

El 25 de diciembre de ese año llega por primera vez a la ciudad, y el 3 de enero de 1937, inicia la obra de la Iglesia Evangélica Pentecostal, comprando una propiedad en calle Aníbal Pinto en Población Modelo, donde construye su Capilla y la Casa Pastoral. Construye también una Capilla en Quillagua y en Palihue. Estableció obras en Río Chico, Llanquihue, Los Pellines, Punta Larga, Cuesta Bote, Casma, Frutillar, Colehual, Centinela, Tegualda, Collihuinco, Llico, Cordillera Sarao, Mañio Bajo, Estaquilla, Quillagua, Calbuco, Manquemapu, la Polonia, y varios otros lugares, llegando a tener más de 30 locales de predicación en la extensa zona de su jurisdicción.

Incansable predicador, en 1939 extiende sus actividades a la provincia de Chiloé, llevando el Evangelio a Castro, Ancud, Apiao, Alao, Puqueldón, Queilen, Chaulinec, Chonchi, Chumaldén, Chaitén y otros puntos de la zona.

Llega un momento en que no puede atender toda la obra, por lo que hace entrega de la Provincia de Chiloé al Pastor Justo Oyarce en 1941, creándose de esta manera el pastorado de Castro.

En las Conferencias de 1944, celebradas en la ciudad de Salamanca, dada la magnitud de su obra, es ascendido a la orden de Presbítero, siendo el primer Pastor de esta Iglesia en ocupar dicho cargo en Puerto Montt. A su vez, su nombramiento constituye una excepción a nivel nacional por su todavía condición de soltero.

En 1945 contrae matrimonio con Susana Jorquera Ibáñez, una joven de Linares, de cuya unión nacen 9 hijos, varios de ellos residentes en Puerto Montt en la actualidad.

Su abnegada preocupación por los más humildes y desposeídos, a quienes proporciona ayuda material y espiritual, le valió el reconocimiento de la comunidad, especialmente para el terremoto de 1960, en el que tuvo una destacada labor en favor de los damnificados entregando alimentos y ayuda en su propio domicilio en Población Modelo.

Estando en plenas funciones, fallece el 17 de Noviembre de 1961. Un cortejo que abarcaba aproximadamente cinco cuadras, partió desde el Templo Evangélico Pentecostal de calle Aníbal Pinto en Población Modelo, acompañando los restos de Manuel Brito Escobar, hasta el Cementerio General donde fue sepultado. De esta manera, la ciudad le rendía un justo y merecido homenaje en sus funerales al primer Pastor Presbítero de la Iglesia Evangélica Pentecostal de la Provincia de Llanquihue.

En la imagen, el Pastor Manuel Brito Escobar a la edad de 37 años junto a su esposa, Susana Jorquera Ibáñez, de la ciudad de Linares, cuando contrajeron matrimonio. Fotografía facilitada por uno de sus hijos.

Fotografía de la primera congregación que hubo de la Iglesia Evangélica Pentecostal en Puerto Montt, dirigida por el Pastor Manuel Brito Escobar.

Collage con la fotografía de todos los Pastores de la Iglesia Evangélica Pentecostal de Puerto Montt desde 1937, año en que se funda en la ciudad.

PRIMEROS TRANSATLÁNTICOS EN PUERTO MONTT

La llegada de los primeros transatlánticos a la ciudad, trayendo a cientos de turistas, se remonta a la década de 1930, precediendo a la Segunda Guerra Mundial. Entre los barcos que arribaron en aquella época se cuentan el "Reina del Pacífico", el "Bremen", "Huascarán", "Orduña", "Augustus" y otros. La guerra interrumpe por un tiempo la recalada de estos buques a nuestra bahía.

Transatlántico alemán "Bremen", en la bahía de Puerto Montt en 1938.

Pasajeros del "Bremen" desembarcando a tierra.

Durante la guerra, algunos de los transatlánticos fueron hundidos, o sirvieron de transporte a los soldados. Después de concluido el conflicto, comienzan a llegar nuevamente los transatlánticos a la ciudad a comienzos de la década de 1950.

Transatlántico "Nieuw Amsterdam" en la bahía de Puerto Montt. Fotografía tomada por Arnoldo Skoruppa en 1950.

08 noviembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 11 de Noviembre de 2008


Presentamos a continuación como todos los días sábados, el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH edita cada semana para el diario El Llanquihue, con material y fotografías de su Archivo. En esta oportunidad la publicación corresponde al sábado 8 de Noviembre del 2008.

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02 noviembre 2008

"Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra" - Diario El Llanquihue - 01 de Noviembre de 2008

Publicamos a continuación el "Álbum del Recuerdo - Imágenes de Nuestra Tierra", página que el CEPH ha editado esta semana para el diario El Llanquihue con fotos de su Archivo. En esta oportunidad presentamos la edición del sábado 1º de Noviembre del 2008.

Más abajo, algunas fotos que complementan los temas publicados en la página del diario.

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Fotos e Informaciones Complementarias

Construcción del Puerto

En la siguiente secuencia de imágenes, desde el registro fotográfico más antiguos que se conoce (1890), se puede apreciar la transformación que fue sufriendo el sector del antiguo Angelmó, hasta llegar a 1930 cuando se comenzó a construir el Puerto y sus instalaciones. Como se observa, el cambio en la topografía del terreno fue bastante importante, como consecuencia de los rellenos efectuados en el sector, para lo cual fue necesario cortar el cerro Miramar y con el material extraido ejecutar la obra.

Esta fotografía que data de 1890 es el registro gráfico más antiguo conocido del sector del antiguo Angelmó donde a futuro se construirá el Puerto. Se aprecian solo casas de habitación, una amplia playa en baja marea, un angostísimo camino que bordea la playa, algunos botes y pequeñas balandras que denotan una escasa actividad comercial en el sector, y la casa blanca de tres pisos tiene en su patio un importante acopio de madera, por lo que podría tratarse de un aserradero. La foto fue tomada desde lo alto del cerro Miramar. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres)

Es la misma vista de la fotografía anterior pero casi 30 años más tarde (1928). Fue tomada del mismo lugar. Se aprecia en el sector un mayor número de construcciones, tanto habitacionales como locales comerciales; se ha abierto la calle Miraflores (borde inferior derecho); existe un pequeño muelle, y se observa una importante actividad comercial en torno a las lanchas chilotas que se encuentran en buen número. También se ven vapores, goletas, faluchos y un velero (detras del humo del vapor). (Archivo Fotográfico Alejandro Torres)

En esta imagen de 1932 (la misma vista anterior) se aprecia que las obras de construcción del Puerto ya han comenzado, y se están realizando los respectivos rellenos. Se puede ver que el cerro Miramar está siendo cortado, y el material que es extraido está siendo depositado, a través de carritos que se desplazan a través de rieles, en los rellenos que conformarán el malecón del Puerto. (Archivo Fotográfico Alejandro Torres)

En esta imagen de 1933 (la misma vista anterior) los rellenos para el malecón del Puerto ya se encuentran muy avanzados y próximos a finalizar. Al fondo se ve un muro de cemento el cual aún falta por rellenar. Una buena parte del cerro Miramar ha desaparecido, y se aprecia claramente una extensa explanada que fue quitada al mar, lugar donde se instalarán posteriormente las dependencias del Puerto . (Archivo Fotográfico Alejandro Torres)